[su_wiloke_sc_company_website]Qué cálido y confortable resulta la manta del anonimato a través de las conversaciones por Internet, ¿verdad?. Ya me he topado con muchísima gente que ha tenido experiencias, muchas de ellas no muy agradables, a la hora de conocer en vivo y en directo a aquella persona con la que se llevaba tan bien, virtualmente hablando.
Parece que a muchos de nosotros nos encanta poder crearnos otro tipo de personaje a través de la red. Parece que es ahí donde podemos disfrutar y crear nuestro nuevo «yo» a imagen y semajanza de aquel que nunca pudimos ser, o de aquel que le gusta a la persona con la que estamos hablando.
No hay mejor forma de caer mejor a la gente que ser uno mismo e intentar ser ese mismo también a través del MSN. ¿Para qué ocultar algo desde un primer momento? Siempre es más difícil de arreglar una «mentira» cuanto más tiempo pasa.
Desde aquí una llamada a los que piensan en esa cálida manta, que en lugar de favorecer, destruye tu propia personalidad, de la que estás hecho, y por la que realmente vales lo que vales. Relacionarse por Internet, aunque durante muchos años estuvo al borde del debate, se ha tornado como un valor añadido a conocer y expandir nuestro círculo de amistades. Internet, sin duda, refuerza los lazos sociales, tal y como publicaba el estudio The Strenth of Internet Ties (La fuerza de los lazos de Internet).
Este estudio contradice otros anteriores que señalaban a Internet como uno de los factores de aislamiento social. Hace ahora un año se dio a conocer un estudio realizado por la Universidad de Stanford según el cual el uso de Internet habría provocado que los estadounidenses estén cada vez menos dispuestos a ver a amigos o a pasar más tiempo con la familia.
Realicionémonos por Internet, por supuesto… pero seamos siempre nosotros mismos.