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Lo hago pero no te lo digo

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Existen tres grandes grupos en conocimiento de verdades y hechos ajenos, refiriéndome siempre a secretos o acciones socialmente "impuras" o "especiales". Aquellos que todos sabemos que hacemos todo el mundo, los que nunca nadie verá en su vida excepto nosotros, y los que no se sabe realmente la estadística.

En el primer grupo se encuentra por ejemplo el tirarse pedos, o sacarse un moco, o rascarse (los hombres tod@s) ciertas partes íntimas. Son cosas que no haríamos por la calle, pero que en nuestro círculo de confianza, pueden ser admisibles. Además éste grupo tiene una característica especial y es que el inicio de dicha actividad responde a un comportamiento recíproco en los demás elementos del grupo. Es decir, que cuando en un grupo de amigos que ya tiene confianza, uno abre la veda para tirarse una "ventosidad", el resto ya lo acepta como un hecho normal, y a partir de ese día, es la fiesta del pedo más que un grupo de amigos. Quizá esto pase más entre los tios, pero entre las tías seguro que hay algo similar.

En el segundo grupo, no menos interesante, que responde a aquellas verdades universales que nunca podríamos contar a nadie o que nunca nadie verá por muy de confianza que sea. Aquí entran todo tipo de confesiones anónimas o todo tipo de objetos que guardamos en aquellas partes de la casa que ni el CSI encontraría. Por no entrar en detalles (que además serían delatar los míos personales) pondré un ejemplo también con algo universal: la limpieza de nuestras posaderas. Aunque vivamos compartiendo hogar con alguien, el hecho de mostrar públicamente lo recogido en la higiénica y habitual acción de "limpiarnos el culo", es algo que siempre va a quedar entre nuestra mano y nuestros ojos. Nadie más lo va a ver. Son cosas que sólo nosotros sabemos. El cómo lo hacemos, la cantidad de veces media necesaria para depurar y terminar la faena, cómo doblamos el papel, y otras cosas que se puedan hacer que no contaré porque mi imaginación es muy viva. Como éste ejemplo, existen otros que dejo también imaginar libremente.

Y por último está tercer grupo, del que pensando el otro día (si, haz la gracia) llegué a la conclusión de la cantidad de gente que hace una cosa y nosotros pensamos que son menos. Me explico. Por coger un ejemplo: el número de chicas que se masturban con un consolador – vibrador. Si, se que el tema puede ser un poco duro para un Domingo por la mañana, pero igualmente es normal. Atrás (afortunadamente) quedaron los años en donde no se podía hablar de estos temas. Cuando seguro que lo normal sería pensar que sólo un 5% o 10% de las chicas hagan lo citado, yo creo que (sin saber el dato correcto) la cifra es mucho mayor, pero muchísimo mayor. Y de ahí es de donde saco la conclusión inicial. Las cosas que hacemos que no sabe nadie son las que seguro que triplican o más el porcentaje que todos creemos que poseen. La estadística aquí es inútil.

Y por último destacar que lo interesante es ahora tu opinión, sobre todo para acciones englobadas en segundo y tercer grupo, y que te recuerdo que puedes contestar de forma anónima poniendo el nombre que quieras.

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