[su_wiloke_sc_company_website]No os lo he contado porque no tenía la foto todavía. He ido a comer recientemente a un restaurante aquí en Zaragoza, que se llama La Alberca. En verdad está en un pueblecito a unos 10 km, llamado Movera. No es que quiera hacer publicidad de este restaurante, es que quiero mostrar al mundo lo «bestias» que son en este restaurante, pero para bien.
Me explicaré. En este lugar los platos están magnificados un 500%. Cuando dicen que un plato es para 1 persona, en verdad pueden comer 5 o mas. Pondré el primer ejemplo con los entrantes. Pedimos unos entrantes que según la carta eran para 4 personas, y comimos bastante bien 6 de ellos.
Pero el colofón viene con los segundos platos. Yo pedí buey (que me encanta) y me sirvieron este plato:
Ahí donde lo veis ese filete de carne tenía 6cm de altura, y lo digo bien, porque superaba los 3 dedos en toda su superficie. Y lo curioso es que había poca grasa en todo el pedazo de buey. No tengo ni idea de cuanta carne sería pero os aseguro que sobrepasaba el kilo con creces. Pues bien, pude comer yo (que la gente que me conoce sabe que tengo buen buche), comieron los que quisieron probarlo de la mesa y mi perro Puck (ya que se me ofreció el llevarme las sobras) ha comido durante día y medio lo que sobró.
En este restaurante debe ser normal llevarse las sobras para los perros, ya que por lo visto, mucha gente que viene aquí son de chalets y terrenos en pueblos y localidades cercanas, que deben tener perros y, vista las cantidades que ponen, ya es normal llevarse la bolsita con las sobras. Aprovechando el párrafo, quizá esto pueda verse algo ruín, pero además de que aquí es normal, en muchos países del mundo es también una petición normal el llevarse la comida que «uno ha pagado» y que no ha podido terminarse…
Volviendo al tema, que vaya pedazo de carne que me pusieron. Tome buey hasta saciarme, y los demás tampoco pudieron probar mucho porque tenían similares problemas con sus respectivos platos, aunque el mío fue de los que las mesas de al lado también se quedaron mirando.
Para colmo, el buey estaba exquisitamente delicioso… Volveré de nuevo a este lugar y lo recomiendo a los que son de la zona, aunque creo que mucha gente ya conoce a este sitio por semejantes «despilfarros» de platos.
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