En Navidades siempre hay anécdotas que contar, unas más graciosas que otras, pero la de este chaval creo que es de las que no se olvidará contarla en los próximos años. Es un jóven de 27 años que iba tranquilamente en un tren de Wuchang a Guangzhou en China. Estaba en el aseo del tren y de repente, sin querer, se le cae el móvil por el retrete del WC.
Claro está que intenta recuperarlo metiendo la mano en el retrete para ver si hay suerte, y no cae a las vías, ya que como sabeis todo lo del tren va… a la vía. Pero también es sabido que los trenes y los aviones tienen unos sistemas de succión bastante potentes (los de los aviones incluso peligroso por el cambio de presión y su altitud). Pues lógicamente al meter la mano tuvo el accidente y se le quedó totalmente enganchada.
Los operarios del tren intentaron durante 3 horas sacarle el brazo pero no pudo ser, así que decidieron parar el tren y romper todo el suelo del vagón donde se encontraba para poder ver bien la situación. Con 8 horas de retraso los 1300 pasajeros del tren reanudaron su viaje y el jóven se fué al hospital con el retrete pegado a su brazo, donde pudieron quitárselo sin problemas.
Por cierto, en la noticia, del móvil no dicen nada…
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