Cada vez que su estado emocional se activa, es decir, quiere reir o llorar, entra en un estado como dormida y la deja casi totalmente paralizada. Para esta rara enfermedad hay medicamentes pero son demasiado caros, y su Seguridad Social no se los dá.
Tal y como cuenta la mujer: "Es bastante frustrante pensar que no puede decir a mi familia que les quiero sin caer abajo. Simplemente me gustaría abrazar a mi nieta en mis brazos y decirle que le quiero, pero me temo que puede ser muy peligroso para ámbas".