Un Golden Retriever se la tragó pero ha conseguido sobrevivir unos 10 minutos dentro del estómago del perro.
La tortuga estaba tranquilamente con otras "compañeras de raza" cuando vino el perro y no lo dudó ni un segundo. El dueño de los animales, un chaval de 12 años, rápidamente se dio cuenta de que le faltaba una tortuga y rápidamente se puso con sus padres a hacer que el perro la vomitara. A la tortuga se le dañó el capazarón pero al menos sobrevivió.
Los veterinarios que siguieron el suceso no dudaron en afirmar que si no se hubiera sacado la tortuga del perro, ámbos hubieran muerto.
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