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Maño, su origen

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[su_wiloke_sc_company_website]Hace unos días un lector me pedía por email que si podía averiguar el origen de la palabra «maño», y aprovechando que hoy es un día especial para Zaragoza, la sede de los maños (o «mañolandia» como me gusta llamarla), me ha parecido un momento oportuno para explicar la forma en la que nos suelen referenciar el resto de españoles amistósamente.

Maño es un gentilicio popular relativo a la propia ciudad de Zaragoza y proviene del vocablo en latín magnus/magnum que a su vez ha derivado en magno. Su significado en latín es «grande», con lo que, de alguna forma cuando nos llaman maños nos debemos sentir orgullosos.

No parece del todo correcto algunas creencias que creen que proviene de «hermano». Aunque éste significado junto con el de «expresión de cariño entre personas que se quieren bien», se dá en algunos casos en Aragón y Chile.

Y es que maño es un termino con el que pocos aragoneses en la historia de esta región han tenido el honor de recibir.

El origen de «maño» de su derivación de «magno»

El idioma aragonés, del que procede esta palabra, es de origen indoeuropeo, apareció a partir de un dialecto latino, en la zona central del Pirineo, y se expandió con las conquistas del Reino de Aragón. Debido a este origen está muy relacionado con el occitano o langue d’oc y con el francés. Y en estos idiomas no hay eÑe… se escribe GN…

Entre los pocos personajes históricos que tuvieron el honor de ser llamados Magnos estaba Alejandro III de Macedonia, hijo del rey Filipo II de Macedonia, es famoso por su audacia y coraje, que le llevó desde muy joven a sobresalir, y con apenas 20 años, tras heredar el reino con el asesinato de su padre, sofocó una rebelión y volvió a someter toda Grecia, y de ahi, empezó la conquista de Asia Menor, enfrentándose al Imperio Persa.

Una de las anécdotas mas conocidas es cuando descansando en la ciudad de Gordion, descubrió que tenían en el templo un nudo complicadísimo. El oráculo de la ciudad dijo que aquel que lograra deshacer el nudo lograría conquistar el mundo. Y a Alejandro no se le resistió nada: con un tajo de su espada lo deshizo (en pedazos).

Existe un completísimo estudio etimológico e histórico que concluye que «maño» fue el calificativo que quedó entre los mudéjares aragoneses para designarse entre ellos afectivamente, como compañeros de cautividad, hermanos de infortunio, miembros de un pueblo sometido.

Más adelante, cuando la fusión étnica y religiosa borró esta discriminación, «maño» designó al hombre del pueblo, en general, sin resentimientos de origen, pero conservando el carácter afectivo de hermandad que debió de tener en su primer momento.

Otras vertientes creen las etimologías dadas hasta ahora para la palabra «maño» no pueden considerarse como plenamente satisfactorias, ni aún como meramente aceptables. Expertos creen todavía que tiene origen incierto, no aceptando su derivación, por aféresis del vocablo «hermano», sugerido como étimo, por la dificultad de explicar la aparición de la ñ, ni tampoco les parece verosímil que venga de magnus, por no ser pertinente el paralelo semántico.

Por tanto, lo que sí parece cierto, es que maño es la forma de llamar a los aragoneses, y bien orgullosos que nos sentimos de ello.

[tags]aragón, maño, historia, origen, palabra

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