Como si fuera un flautista de Hamelín, al que le siguen las ratas, a este azúcar le gusta el sonido y nos deleita con dibujos muy bellos. Se trata por lo visto (por lo que veo y deduzco) de un tabla sólida en donde van echando azúcar, y a esa tabla se le aplica un sonido vibratorio al que cada vez se le aumenta la frecuencia. Esto hace reorganizarse a las partículas de azúcar en distintos dibujos muy curiosos, que supongo tienen su lógica en alguna fórmula, pero es muy bonito ver como el azúcar crea esas imagenes "caleidoscópicas".