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Muchas veces cuando hemos ido a una exposición, museo o algún lugar donde hay manifestaciones artísticas estaba prohibido hacer fotografías. Generalmente, esta prohibición se delimita al uso del flash, pero algunas veces se niega totalmente porque la picaresca es muy conocida..
Conocía el por qué, más o menos. Para la conservación de las obras de arte se necesitan unos parámetros lumínicos muy específicos, ya que pueden alterar y erosionar la pintura de los objetos/manifestaciones. Es como cuando tenemos una diapositiva durante muchos años, que los colores se vuelven oscuros, rojos…
Por eso, cada material específico (tela, papel, pintura sobre tabla, óleo, mural…) tienen sus parámetros que se miden con el luxómetro, aparato que sirve para medir la sopreexposición de los materiales. Normalmente se hace un equilibrio entre luz natural y artificial, usando luz fría sin emisión de rayos perjudiciales.
Para que os hagais una idea, las luces que más hacen daño son las naturales (los rayos ultravioletas y sus compañeros) y las fluorescentes.
Por eso, siempre en los museos no hay una luz nítida, ni en las iglesias ni en ningún sitio que albergue una obra de arte. Siempre es una luz equilibrada para la conservación. Esto es, sin duda, fruto de que los objetos tienen una memoria lumínica. Es decir, una fotografía no producirá un desgaste visible en el momento, ni incluso en años. Son diferentes exposiciones las que el objeto recuerda y que hace que a la larga los pigmentos o materiales sensibles tengan fisuras.
Intentando informarme un poquito más, he llamado al ICOM Comité Español. Es el Consejo Internacional de Museos, organismo que se encarga de realizar normas y recomendaciones para la distribución, conservación…en los museos. Tiene muchos primos hermanos como el ICROM (conservación), por poner un ejemplo.
Un señor muy amable me ha comentado que el ICOM no puedo hacer ninguna ley, sino que hace recomendaciones de la mano de la UNESCO, acerca de la conservación y prevención del deterioro de las obras de arte en los museos. Añadido a eso, cada museo tiene su propio código de conducta y también existen códigos éticos para la prevención, el tema de las tiendas, la formación de trabajadores…
Si juntamos que el objeto tiene memoria lumínica, las recomendaciones de los expertos acerca de la preservación de las obras y el hecho lógico de que una sola fotografía puede alterar a lo largo del tiempo la apariencia física y química de una obra…llegaremos a la conclusión que es normal no poder hacer fotografías.
Es más, es necesario. Pongamos un ejemplo mucho más gráfico, que seguro que conoceis. En muchas iglesias está la tradición de tocar con tus manos una determinada piedra (por culto o por leyenda). Pasados los años, dicha piedra no existirá. Al igual que pasa con el río que se lleva las piedras y acaban redonditas, para que os hagais una idea.
Por eso, un flash genera luz blanca que incide de forma directa en la obra que, con el tiempo y con numerables exposiciones, generan un deterioro importante. Por eso, se necesita un equipo de fotografía especial para fotografiar obras de arte. Lo ideal sería contar con un equipo externo que filtre la luz ultravioleta, como luces incandescentes con base de cuarzo halógeno.
Así que la próxima vez que hagais una fotografía artística pensaros dos veces si de verdad es necesario usar el flash o no (a veces te salen mejor sin flash). Vamos, por lo menos yo si tengo hijos me gustaría que vieran maravillas como Durero :)
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