[su_wiloke_sc_company_website]Me ha encantado este tema desde hace años y os voy a dar lo que considero que es la respuesta más lógica y racional al tema, que nada tiene que ver con lo científico sino con lo psicológico. Es algo largo pero creo que merece la pena y soluciona por fin este eterno dilema.
Tal como aplican otros blogs, en Cazadores realizaron paso por paso una máquina que tirara las tostadas de la mayor forma homogénea posible. Realizaron dos tipos, máquina que expulsa la tostada de la mesa como si de un empujón se tratara y por tanto, realiza X grados de giro al caer, y otra que la tira de canto desde 1 metro de altura. También realizaron pruebas desde el tejado de un edificio para que el efecto planeo influyera más.
Lo cierto es que no llegaron a ninguna conclusión de que siempre caía por el lado de la mantequilla ya que estadísticamente salía muy parecido que cayera de un lado o de otro. En muchas respuestas populares se cree que la mantequilla al pesar modifica el centro de gravedad de la tostada pero esto no es así. Precisamente, al tener mas peso (probablemente en el centro de la tostada) debido a la mantequilla, la tostada al caer realizará el mismo efecto que una hoja de árbol cuando tiene un poco de agua en su centro, y va cayendo realizando planeos, como una hoja de papel, cayendo más veces con la mantequilla hacia arriba.
Pero existen muchísimos factores que afectan a que una tostada caiga de un lado o no y que por muchas pruebas que se hagan nunca se puede llegar a una conclusión definitiva y científica. El rozamiento del aire, los poros de cada tostada, la cantidad de mantequilla aplicada, y sobre todo, la forma y ángulo con que cae al suelo inicialmente.
Si pudieramos obtener un entorno totalmente limpio, sin efectos externos, que siempre cayera exactamente de la misma forma, que las tostadas fueran «molecularmente» iguales, de la misma forma, tamaño, peso, composición y distribución de poros, y que la mantequilla untada fuera exactamente la misma… en ese caso y sólo en ese caso, se podrían hacer pruebas concluyentes, pero tampoco valdrían de mucho porque lo bonito de este tema es que precisamente, cada tostada es diferente, cada uno la untamos de diferente manera y lo más bonito, que en cada lugar del mundo la empujamos de distinta manera.
Por tanto podemos asegurar que estadísticamente este problema nunca será resuelto pero hay una forma de resolverlo y es gracias a la psicología de nuestro cerebro. Popularmente se aplica este hecho a la Ley de Murphy con su famoso corolario si algo tiene la posibilidad de salir mal, saldrá mal, pero hay que saber interpretar bien esta «ley» y no aplicarla como un factor constante en un cualquier fórmula para obtener los resultados esperados.
El único origen de que la tostada siempre caiga por el lado de la mantequilla al suelo es porque sencillamente no nos acordamos de la tostada cuando esta cae sin manchar el suelo. Y esto es precisamente lo que Murphy nos venía a decir. El ser humano guarda recuerdas y vivencias de todo lo que experimenta a lo largo de su vida. En acciones tan usuales como levantarse por la mañana, secarse el pelo, estornudar,…, el cerebro va guardando la suma de todas las experiencias repetitivas en forma de estadística.
Así pues, por ejemplo, mi cerebro está acostumbrado a ponerse los pantalones primero con la pierna izquierda, y luego con la derecha. Eso crea un recuerdo en el mismo que se va imprimiendo cada vez mas fuerte, de forma que, cuando algún día empiece a ponerme el pantalón con la derecha me costará algo más, y en ese momento recordaré que esa no es la forma normal de hacerlo.
Con la tostada y la mantequilla pasa algo parecido pero aplicándolo más al fastidio de una acción posterior: la limpieza. Y obviamente, no pasa con las tostadas sino con cualquier objeto que merezca un trabajo posterior extra por haber realizado la caída de una forma específica. Solo que la tostada es la protagonista indiscutible a nivel popular a la hora de maldecir con el dicho.
Si objetos que pueden manchar el suelo por un lado y por otro no (tostadas o cualquier otra cosa) se nos caen 1000 veces a lo largo de nuestra vida, pongamos que 500 veces caen por un lado que mancha y las otras 500 no. Nuestro cerebro al recoger la tostada con la mantequilla hacia arriba ve que no tiene que hacer mas que recogerla y seguir desayunando, no se necesita ninguna acción extra de limpieza de suelo y por tanto, lo olvida, es un hecho o una acción que queda impregnada en la memoria a corto plazo y se borra muy pronto… ¿acaso te acuerdas de, por ejemplo, con que mano cogiste la semana pasada un bolígrafo de la mesa?.
En el caso de que caiga por el lado que mancha, al tener que interrumpir el proceso de desayuno, levantarse, coger un trapo o papel de cocina, limpiar el suelo, tirar la tostada, realizar otra y seguir desayunando, el cerebro memoriza que por el simple hecho de una caída de un objeto al suelo hemos tenido que realizar otra serie de acciones que no estaban previstas en el transcurso natural de un desayuno.
Desde luego que nuestro cerebro se acuerda más de este tipo de interrupciones que de las acciones normales. Un panadero no se acuerda de cómo saca las barras del horno todos los días pero se acuerda de cuando (por ejemplo) se le cayeron todas al suelo y eso repercutió en un retraso en su negocio. Así por tanto, de esas 1000 veces que se nos ha caído la tostada nos acordamos mucho más de las «500» (más o menos) que se nos ha caído con la mantequilla hacia abajo, pues nos ha requerido de unas acciones extras, e imprevisibles.
Se podría deducir por tanto, que si la tostada cae «siempre» por ese lado, es porque simplemente al cerebro le afectan a nivel de recordatorio y memoria de las acciones y vivencias, el hecho de que algo se salga de la rutina normal. Así pues, el «siempre» del corolario inicial es bastante subjetivo.
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