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¿No te ha pasado nunca que apoyas el peso de tu cuerpo en el posamanos y terminas al final ligeramente estirado? Esto ocurre porque el motor que hace girar el posamanos es diferente al que hace girar la escalera.
Antiguamente las escaleras mecánicas tenían dos sistemas de motores y engranajes. El principal hace que las escaleras giren y se encuentra por debajo de lo que vemos, exactamente en la parte superior e inferior de la escalera, justo en la plataforma donde nos adentramos o salimos de ella. El del posamanos, en cambio, está colocado en la base de este, o incluso, en dos grandes ruedas que hacen precisamente la curva que vemos al principio o al final. Es muy fácil saberlo: normalmente si el lateral de la escalera es opaco probablemente tenga la rueda ahí, si es transparente (como casi todas) el motor se encuentra justo debajo de esta.
Simplemente ese es el motivo, pero comentaba antiguamente porque ya no se hacen así. Kone, una empresa londinense creó un sistema que hace que vayan perfectamente paralelas y a la misma velocidad tanto la escalera como el posamanos, y es tan simple como usar un sólo motor y engranaje para que ambas cosas se muevan. Los escalones y el posamanos están enganchados al mismo engranaje de giro del motor, con lo que una nunca puede sobrepasar a la otra.
Aun así, todas las que tenemos actualmente en España en centros comerciales son «de las viejas» y puedes comprobar la diferencia de velocidad apoyándote sobre ellas al subir o bajar, pero cuidado no te caigas ;)