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La última crisis inmobiliaria conocida se produjo entre 1992-1994 y desde ese momento hasta ahora la subida paulatina del precio de la vivienda ha sido escandalosa, sobre todo en los últimos cinco años. Esto se ha producido por varios factores:
- Constructoras, promotoras e inmobiliarias.
Las gallinas de los huevos de oro han dado mucho dinero a todas las empresas del sector, hasta el punto de proliferar muchas de ellas que ni dan garantías ni sobrevivirán actualmente. La avaricia rompe el saco, como se suele decir.
Y es que las subidas de precio, encubiertamente pactadas por todos los promotores en reuniones, han llegado a ser escalofriantes. En un mes se han llegado a subir dos o tres veces las tarifas en el orden de 9.000 euros cada variación.
Todo se vendía, a precios incalculables, jugando con la idea española de la propiedad, de que los pisos iban a subir más, de que el euríbor estaba bajo… A manos llenas, se han formado un imperio que en estos momentos tambalea.
Muchos de ellos se enfrentan al problema con la unificación con otras empresas, tal es el caso de Reyal Urbis, Sacyr Vallehermoso… o también con el ejemplo de diversos grupos empresariales que tenían sus inmobiliarias, que han optado por la venta de las mismas o por la desvinculación: Ferrovial, Ebrosa (la más reciente).
Las inmobiliarias, por su parte, deciden echar a sus trabajadores de forma bastante sospechosa por no poder hacer frente al mercado. Casos como Don Piso o Fincas Corral son los más sonados.
- Especuladores particulares
Si las constructoras especulan, los particulares han gozado de una satisfacción económica por el tema inmobiliario extraordinaria. La frase típica de “en dos años vendo por el doble y me saco un dinerito” se ha escuchado hasta la saciedad, hecho que ha producido que el precio se dispare por la gran cantidad de oferta.
En el mismo punto están los particulares que venden sus pisos, que ponen precios escalofriantes para poder llegar a las cifras de obras nuevas. Frases como “Vendo el mío y lo cambio por uno nuevo”.
Curioso sin duda cuando alguien va a una promotora y dice que tiene muchos pisos como inversión que quiere vender para comprarse uno nuevo, mientras se queja constantemente por el precio de la vivienda…paradójico, ¿no?
- Ayuntamientos
Concediendo licencias de construcción sin ton ni son, con sistemas poco habituales para estos casos (todos sabemos a lo que me refiero). Han visto un filón de oro en estos temas para llenarse las manos, sin poner medidas reales para paliar esta situación ni para incentivar la entrada a primera vivienda para jóvenes.
Y quizás, otro factor a tener en cuenta es la propia mentalidad que tenemos. Quizás las frases de “Mejor comprar que alquilar, así dentro de unos años tengo algo que es mío” o “Siempre puedes vender, no va a perder valor” han hecho mucho daño en estos últimos años y siguen haciéndolo en la actualidad.
¿Qué pasión por comprar? ¿Realmente es para ti dentro de unos años, cuando con hipotecas de 40 años o 50 tengas una media de 70 años?
Por todo esto, el sector está donde está. Y por todo esto lo que en los años que vienen (porque esto sólo es el comienzo de la “crisis”) es la guerra de precios, como reza el título del post.
El pistoletazo de salida se produjo en la zona de playa y montaña, donde las ofertas de televisiones, viajes,…encubren una situación de desesperación por parte de inmobiliarias y promotoras. Hay que sacar producto…
El precio es el último recurso
Sin embargo, cuando entra en juego el tema de la reposición de vivienda (se debe vender la que tienes para acceder a una nueva) el tema se pone calentito. Los pisos de segunda mano no se venden, es una realidad. Hace falta una media de un año para vender un piso antiguo, fruto del hinchamiento de precios por particulares o inmobiliarias.
La guerra de precios ha empezado. Ebrosa, en Zaragoza, ha rebajado sus pisos de Quarz unos 30.000 euros. En la playa se ven numerosas rebajas. Hay bajadas encubiertas como el regalo de muebles o escrituración de pisos o gestión de venta de los pisos antiguos por parte de las promotoras.
Se están poniendo nerviosas
Promotoras tan potentes como Llanera se han ido a pique por motivos como éstos, y muchas otras irán detrás. Es inevitable, han proliferado como setas y en estos años se verá quien aguanta.
La guerra de precios, por si no lo sabéis, es a lo que tiene más miedo las promotoras. La primera que baje precio, será seguida por otras que tendrán que ser competentes con los precios de la primera y así sucesivamente. Yo lo pongo a 30, pues el otro a 25, entonces el otro a 28…
Sin embargo, esto sólo es una mera ilusión. La bajada de precios, que tiene que ser espectacular para llegar a unos extremos racionales, tiene que estar acompañada por medidas gubernamentales para el tema de vivienda: fomentar alquiler, VPO, vigilancia de licencias dadas, etc etc. Sino es así, lo único que se conseguirá con esto es que, una vez bajado precio extraordinariamente, las personas nos liemos a comprar de nuevo por “si acaso suben” y vuelva a repetirse el ciclo.
Veremos lo que pasa. Sin duda, un momento arduo para comprar, tanto por las noticias como por el euribor, que sigue subiendo.
Tomen asiento, señores, esto no ha hecho más que empezar.
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