Coge una lámpara LED (adquirible por muy pocos céntimos en cualquier tienda de electricidad/electrónica). Enrolla a cada polo unos cables y sujétalos bien con cinta aislante. Mételo en un globo, que lo rellenas de agua y atas convenientemente. Lo metes en el congelador. A las pocas horas, lo sacas y rompes el globo y usas unas pilas para dar corriente. El efecto es impresionante.