86400 – Blog de viajes

Contaminación lumínica: el cáncer del cielo

[su_wiloke_sc_rating_chart title="¿Te gusta el artículo? ¡Valóralo!"]0 media basada en 0 votos[/su_wiloke_sc_rating_chart]

[su_wiloke_sc_company_website]Esta claro que necesitamos la luz por la noche para poder ver, en las calles, parques, etc? Pero? ¿hace falta “tirar” tanta luz hacia arriba? Se ha demostrado por activa y por pasiva que muchas de las farolas de este país lanzan demasiada luz hacia arriba, desperdiciando energía y la propia luz. Todo esto es lo que perdemos y tiramos al espacio. Esto es la llamada contaminación lumínica.

La contaminación lumínica puede definirse como la emisión de flujo luminoso de fuentes artificiales nocturnas en intensidades, direcciones, rangos espectrales u horarios innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces.

Un ineficiente y mal diseñado alumbrado exterior, la utilización de proyectores y cañones láser, la inexistente regulación del horario de apagado de iluminaciones publicitarias, monumentales u ornamentales, etc., generan este problema cada vez más extendido.

La contaminación lumínica tiene como manifestación más evidente el aumento del brillo del cielo nocturno, por reflexión y difusión de la luz artificial en los gases y en las partículas del aire, de forma que se altera su calidad y condiciones naturales hasta el punto de hacer desaparecer estrellas y demás objetos celestes.

Es indudable que el alumbrado exterior es un logro que hace posible desarrollar múltiples actividades en la noche, pero es imprescindible iluminar de forma adecuada, evitando la emisión de luz directa a la atmósfera y empleando la cantidad de luz estrictamente necesaria allí donde necesitamos ver. Toda luz enviada lateralmente, hacia arriba o hacia los espacios en donde no es necesaria no proporciona seguridad ni visibilidad y es un despilfarro de energía y dinero.

Ejemplo de un lugar sano que obtuvo una iluminación deficiente

Sobre este grave problema, hasta el momento, existe escasa conciencia social, pese a que genera numerosas y perjudiciales consecuencias como son el aumento del gasto energético y económico, la intrusión lumínica, la inseguridad vial, el dificultar el tráfico aéreo y marítimo, el daño a los ecosistemas nocturnos y la degradación del cielo nocturno, patrimonio natural y cultural, con la consiguiente pérdida de percepción del Universo y los problemas causados a los observatorios astronómicas.

La Tierra contaminada

Estos perjuicios no se limitan al entorno del lugar donde se produce la contaminación -poblaciones, polígonos industriales, áreas comerciales, carreteras, etc.-, sino que la luz se difunde por la atmósfera y su efecto se deja sentir hasta centenares de kilómetros desde su origen.

Tierra de noche

¿Puedes encontrar en esta imagen tu país o ciudad favoritos? Sorprendentemente, las luces de las ciudades hacen que sea posible.

La iluminación artificial resalta las regiones más desarrolladas y pobladas de la superficie terrestre, incluyendo los litorales de Europa, la costa este de los Estados Unidos y Japón . Muchas grandes ciudades se encuentran cerca de ríos o del océano, para así favorecer la exportación e importación barata de bienes. Las áreas especialmente oscuras incluyen el centro de América del Sur, África, Asia y Australia .

La imagen es en realidad una composición de cientos de fotografías tomadas por los satélites DMSP . Si la quieres en alta resolución para descargar en tu escritorio o imprimirla la tienes aquí.

Algunas soluciones

Desde comienzos de los años 1980 existen diferentes movimientos organizados de gente preocupada por este problema y que promueven campañas de prevención de la contaminación lumínica. Es posible aplicar medidas que, manteniendo un correcto nivel de iluminación, llevarían a prevenir el problema de la contaminación lumínica como las siguientes:

Hace bien poco, el 20 de abril de 2007 se promulgó la Declaración de la Palma por el derecho a observar las estrellas con el apoyo de la UNESCO.

En medios tan importantes como la televisión, el Instituto de Astrofísica de Canarias, que tanto ha luchado por un cielo sano en las islas Canarias, se han emitido anuncios, como este:


Anuncio “Hay otra forma de encender la noche”

Un vistazo a España

Para entender mejor el problema de la contaminación, en lugar de observar el mundo entero, nos centramos en España para asombrarse con el mapa lumínico nocturno que nos ofrece la península. En el siguiente mapase puede apreciar la densidad de luz, marcada en rojo las zonas más contaminadas y en negro las que apenan emiten luz.

Mapa de españa (pulsar para ver más grande)

Como se puede apreciar la zona central de Madrid, la prácticamente toda la costa mediterránea están absorbidas por un manto de luz nocturno, que imposibilita la observación a los aficionados de la zona. El “hongo lumínico” de Madrid, el más intenso de España, se ve incluso desde 150 kilómetros de distancia de la capital, cuando la noche es oscura y limpia.

Todavía existen 3 grandes zonas todavía libres de contaminación:

Estas serían según el mapa las zonas más oscuras y alejadas de núcleos importantes urbanos, pero seguro que existen todavía otros recónditos lugares en España o en otros países donde observar.

Espero haber concienciado un poco más sobre este fenómenos, que poco a poco va destruyendo algo con lo que han disfrutado todas las generaciones anteriores a la nuestra, y que, siguiente por este camino, probablemente seremos de las últimas en hacerlo.

Salir de la versión móvil