Es la manera más elegante que he visto de no mentir en un anuncio intentando hacer parecer un precio barato cuando no lo es. El precio ni aparece, y cuando se pregunta por el, alegan que el producto es muy bueno, indicando por tanto que, realmente es caro, pero que lo bueno cuesta dinero.
Por otra parte, hace unos días vi un experimento en televisión que hablaba sobre el precio y calidad de los productos. En el experimento vendaban los ojos a varias personas y les hacían probar varios vinos de distinta calidad, y también lo hacían con los ojos al descubierto.
En todas las ocasiones que el probador tomaba un vino viendo que se trataba del vino caro, lo elegía como el mejor vino. Pero, la mayoría de las personas vendadas que probaban ámbos vinos (el caro y el barato), se decantaban por el barato, además alegando que era un vino de mayor calidad, aspereza, textura, aroma,… y esas cosas que los enólogos suelen decir.
Así que por una parte, tenemos un anuncio en el que queda claro que lo caro es bueno, valga lo valga, pero por otra, en ese experimento (y seguro que se han hecho cientos de ellos), quedó claro que la marca de un producto caro, nos entra por los ojos como que es bueno de por sí.
También sabemos que muchísimos productos de supermercado de "marca blanca", son los restos o incluso es el mismo producto que la marca cara, y aun así, parece que cuando compramos una marca de precio alto estamos pagando por un producto de mejor calidad, cuando realmente no tiene por que ser así.
¿Estamos tan cegados con las marcas? Con tanta subida de precios, cada vez son más las personas que prefieren comprar productos "de marca blanca", que no por ello significa que sean de peor calidad, pero si que son más baratos. He visto ya varios reportajes en televisión y en revistas que hablan de este giro en el consumo, y de que muchas empresas están notando la caída espectacular en sus productos estrella.
Esto puede ser un ciclo, o una transformación, pero está claro que lo bueno no tiene por qué ser caro, ni lo caro tiene por qué ser bueno.
Así que de todo esto, sólo queda la labor psicológica que realizan los de marketing de empresas para realizar anuncios y envases que nos entren por los ojos creando una marca que a veces sólo se queda en un logotipo familiar, conocido o pegadizo.
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