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Hoy es 29 de Febrero, es un día bisiesto y ocurre cada cuatro años.
En el año 46 a.C., Julio César, a quien puede verse en esta imagen de una moneda cuya acuñación él mismo decretó, creó un sistema calendárico que añadía un día bisiesto cada cuatro años.
El astrónomo alejandrino Sosígenes, indujo a César a tomar esta decisión con el argumento de que el año astronómico duraba un poco más de 365 días.
En términos modernos, el tiempo que a la Tierra le toma dar una vuelta al Sol es ligeramente mayor que el que le toma rotar 365 veces. En pocas palabras, un año calendárico o tropical dura 365.24219 días.
Así, el año calendárico de 365 días, se atrasará aproximadamente un día por cada cuatro años transcurridos.
Si este retraso se omitiese, el mes de Julio, llamado así de manera póstuma, en honor de Julio César, terminaría ocurriendo, para el Hemisferio Norte, ¡en invierno!
Con la adopción del año bisiesto, con un día adicional cada cuatro años, el año tropical se atrasa mucho menos (¡1.1232 segundos por siglo!).
Este sistema calendárico, conocido como Calendario Juliano, fue utilizado hasta el año 1582, cuando el Papa Gregorio XIII precisó que serían bisiestos los años divisibles entre 4 y no múltiplos de 100, a menos que sean divisbles entre 400 (por ejemplo, 2000).
Este sistema calendárico, llamado Calendario Gregoriano es el que utilizamos hoy.
Recopilación de texto de Observatorio.info