Parece que los niños a los 7 años, cuando empiezan a ver de lejos que al año siguiente se han de comulgar, les entra por comunicarse entre ellos y decir: "ya verás que guay, que de regalos recibiremos".
Bicicletas, consolas carísimas (porque ahora son caras), ordenadores, cámaras digitales… dios mio, tiramos la casa por la ventana. Antes lo que se regalaba costaba del orden de 1000-2000 pesetas por regalo (12 euros a lo sumo). Ahora los regalos superan cada uno los 80 euros fácilmente.
Lo peor de todo es que, irremediablemente son niños. El año pasado estuve en una comunión y pude apreciar el desprecio general que tiene un niño de 8 años recibiendo esa clase de regalos. Joder, claro, ¡ya se los esperaba! El ya sabía que tras la comunión viene una comida en la que "ya están todos los pesados de mi familia queriéndose hacer fotos conmigo con este puñetero traje de marinerito", aunque luego añaden por dentro: "bueno, al menos, luego en el postre vienen los ansiados regalos por los que tanto he estado esperando y sufriendo catequesis tras catequesis".
Yo no soy creyente, pero respeto a los padres. Pocos niños creo que son conscientes de lo que es comulgarse… Saben algo de Jesús, de su vida… pero la esencia con la que se hace la Confirmación (la Comunión a los 18 años, cuando uno es mayor de edad y más maduro) es obviamente inexistente en un niño de 8 años, que ve exclusivamente el carácter comercial de dicha celebración.
No generalizo a todos. Se que hay muchos niños que ni reciben tantos regalos y que toman realmente la Comunión, pero ya sabemos como está el mercado.
Comilones carísimas, trajes de catálogo, apariencias, hipocresía generalizada… y por supuesto, lo más deseado para un niño: el pack "Jesús + PSP".
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