86400 – Blog de viajes

La asignatura pendiente del Estado español

[su_wiloke_sc_rating_chart title="¿Te gusta el artículo? ¡Valóralo!"]0 media basada en 0 votos[/su_wiloke_sc_rating_chart]

[su_wiloke_sc_company_website]La imagen de modernidad que pretende transmitir España, con una ministra de Defensa joven y embarazada y el Gobierno más paritario de la UE, tiene como una esquina oxidada. La toma de posesión de los ministros ante el crucifijo señala la asignatura pendiente de España como estado laico y aconfesional. Un país en donde militares y policías desfilan en procesiones religiosas, donde aún quedan cruces en los colegios o donde la jerarquía de la Iglesia Católica nombra capellanes castrenses, etc.

Me pregunto ¿por qué los ministros juran o prometen el acatamiento a la Constitución ante una Biblia y un crucifijo, al más puro estilo del dictador Franco? ¿es ese un acto público propio de un Estado aconfesional? Teniendo en cuenta que en España existen más de un millón de musulmanes, un futuro ministro con esa religión sería factible ¿tendría derecho a exigir el Corán en dicho acto? Para los que defienden una sociedad laica, imágenes como la reciente toma de posesión del Gobierno, y otras manifestaciones de privilegios de la religión católica (Concordato, financiación, etc.), son aguijones para una batalla que puede ser larga.

Los menos escrupulosos en las relaciones político-religiosas, apelan a las constumbres. Y eso es lo que vemos cada vez que se existe un cambio de Gobierno.

Pero los símbolos religiosos no tienen base legal. Uno puede elegir entre jurar o prometer una serie de acatamientos, pero en ningún sitio hace referencia a los símbolos religiosos. Pero incluso jurar implica «afirmar o negar algo, poniendo por testigo a Dios, o en sí mismo o en sus criaturas«, según indica el diccionario de la RAE. Con esta escusa, algunos argumentan que se necesita la presencia de los símbolos religiosos.

Cuando los diputados y senadores acatan los preceptos constitucionales al comienzo de cada legislatura, utilizan una fórmula similar, y en el Parlamento no aparecen ni Biblias ni crucifijos. Solo que algunos utilizan «jurar» y otros «prometer» en la posesión de su escaño, aunque semánticamente no es lo mismo.

Por ejemplo en Francia, no hay juramento ni ceremonia oficial de toma de posesión de ministros y miembros del ejecutivo. La estricta aplicación del principio del estado laico impide, en cualquier caso, la utilización de símbolos religioso. Algo similar ocurre en Italia, aunque si juran el jefe de Gobierno y sus ministros, pero no lo hacen en presencia de símbolos religiosos.

La ciudadanía en nuestro país es muy diversa, de hecho tenemos un amplio arco iris cultural, y puesto que ha desaparecido la uniformidad moral y religiosa, necesitamos más laicidad para afrontar la pluralidad y evitar el integrismo antagonista que pretende recortarla e imponerse a los demás.

Escrito por: Toni (Cosas Sencillas).

Salir de la versión móvil