La verdad es que como zaragozano me emocioné bastante. En uno de esos paseos me pasé de nuevo por la Pasarela Manterola, o "el Pincho" como llamamos todos ya a tan curioso puente. Desde ahí me percaté en El Pilar, y la limpieza que están haciéndo de él.
Limpieza que, como tampoco da tiempo a realizar, ha dejado a mitad el trabajo y lo primero que se me ocurrió pensar es que ahora la Basílica del Pilar parece ahora un tablero de ajedrez: dos torres blancas y dos torres negras ;)
Y pensar que tendré que explicar la historia a todos los que vengan fuera. Porque la verdad, es que "canta" muchísimo :D