[su_wiloke_sc_company_website]Llegar tarde… algo tan normal para unos y tan desquiciante para otros. A unos les importa «poco» que otro llegue tarde y a otros les nerva, sobre todo cuando esta acción se repite constantemente. Tenía una novia que llegaba (de media) siempre unos 15 minutos tarde. Ni incluso cuando (decía) se esforzaba por llegar a tiempo no lo conseguía. Y es que el llegar tarde no es propio del mundo que nos rodea, ni es consecuencia de imprevistos personales ni de magia negra… llegar tarde es única responsabilidad y causa de la forma en que cada persona se administra el tiempo.
Me puedo considerar una persona que se administra el tiempo bastante bien. Se exactamente lo que me cuestan las cosas. Si me acabo de levantar, tengo que ducharme, desayunar, leer algunos blogs, contestar algún correo, salir de casa, coger el coche, ir hasta la otra punta de la ciudad, buscar sitio para aparcar, y andar hasta mi destino, controlo bien lo que me cuesta todo el proceso con un margen de error muy pequeño.
Es obvio que (siguiendo un poco el típico proceso que he descrito) a cualquiera de nosotros les puede atrapar unos minutos más la almohada, tener sólo agua fría, que no funcione Internet o que se tengan que responder más correos urgentes de los que creíamos, que no funcione el ascensor, que haya que pasar por la gasolinera porque no tiene suficiente combustible el vehículo, que haya los típicos atascos en la ciudad y que nos cueste un riñón encontrar sitio. Cualquiera de estos imprevistos los puede tener cualquiera.
Bueno, dividamos los imprevistos en dos tipos: aquellos que se pueden solucionar teniendo un control de tus cosas y tu tiempo (gasolina en el coche, incluso el típico atasco de las 8:00am en una calle que conoces) y aquellos que son absolutamente ajenos a nosotros (correos urgentes, búsqueda de sitio tediosa).
Lo que está claro es que a todos nos ocurren imprevistos. Me hace mucha gracia las personas que llegan tarde (y que además suelen hacerlo, luego hablo de eso) y que achacan su tardanza a imprevistos que les han ocurrido… ¡como si a los demás no nos ocurrieran las cosas! Se creen que deben tener una especie de magia negra o hechizo que les afecta sólo a ellos. Se creen que los atascos sólo les afecta a ellos. Se creen que sólo su coche necesita gasolina para funcionar… Y es que las personas que se excusan continuamente por imprevistos se están autodefiniendo claramente como malos administradores de su propio tiempo.
A mi también me ocurren imprevistos, como a todo el mundo, pero intento que sean únicamente de los que no puedo controlar, y aun así, los incluyo en la fórmula mental de tiempo que necesito calcular para hacer una serie de tareas. Sólo es cuestión de centrarse, calcular bien en base a experiencias y acciones pasadas y conocerte a ti mismo.
Como es obvio que no todas las personas podemos tener el mismo control de nuestro tiempo y de nuestras acciones, sería al menos menester de todos el tener la suficiente inteligencia como para conocernos a nosotros mismos. Si uno ve que llega siempre 15 minutos tarde, ¿no debería empezar a hacer las cosas 15 minutos antes? Parece fácil, ¿verdad?
Pues desgraciadamente no lo es, las personas que llegan tarde no saben empezar antes, y , aunque empiecen antes, no se cómo se las arreglan (algún día ojalá pueda ver con una webcam lo que hacen :) ) que siempre llegan tarde. Parece que tienen el chip ya programado para ello.
Pero ahora viene lo mejor de la historia, y es que estas personas desconocen lo que es un teléfono móvil. Vale que, volviendo al caso de una antigua novia, en aquellos tiempos no existían los móviles (bueno, yo tenía un Beeper de Coca Cola que para el caso servía para lo mismo, al menos llegaban los mensajes). Pero ahora, ¿qué cuesta enviar un SMS o hacer una llamada diciendo que se llega tarde?
La gente que suele llegar tarde no comprende que es una falta de respeto el hacer perder el tiempo a alguien que te está esperando. Lo peor es que este tipo de personas se enfadan cuando tu llegas tarde alegando la frase que ya lo borda todo: «Ves!, tu también llegas tarde y yo no me quejo» o «oye, que llegas tarde!!».
Está claro que, después de haber quedado con muchas personas que llegan tarde asiduamente, lo mejor es ser más listos que ellos y saber el tiempo medio que llegan tarde, y retrasar tu la hora para ello. Es decir, si una persona suele llegar 15 minutos tarde y se queda a las 19:00, pues aparecer directamente a las 19:15. Lo peor de todo (que también lo he sufrido) es que cuando haces eso, no se cómo demonios lo saben ellos, que retrasan todavía más su llegada.
Parece que es inevitable que el control de hacerte esperar lo tienen siempre ellos… o eso, o directamente no quedas ;) Yo con algunas personas he tenido que decir cosas del tipo: «Mira, yo me quedo en casa y cuando llegues me llamas y bajo», al menos así puedo hacer cosas en casa…