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¿Han de trabajar los jóvenes en verano?

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Llegan las notas y con ellas, las alegrías, los premios, o las tristeza y los castigos. Pero lo que seguro que llega, son las vacaciones. Bien ganadas o no, en España, y en verano, tocan vacaciones, y con ellas, mucho tiempo, y casi siempre poco dinero.

Aclarar que existen muchos casos distintos, y nuestros apuntes van sobre el hijo que suspende, ¿le ponemos a trabajar o no?

En primer lugar, hemos de tener en cuenta la edad del menor, con 16 años, ya podemos empezar y es que, lo primero de todo, existe un marco legal.

El trabajo es una buena herramienta en la educación de nuestros hijos. Tengamos en cuenta que nuestro objetivo, como padres, es el enseñarlos a ser independientes, y eso pasa, forzosamente, por trabajar el día de mañana.

Lo que NO podemos plantear es que van a trabajar como castigo, “así vas a saber lo que vale un peine”, ya que lo único que lograremos es que, además de no gustarle los estudios, ahora tampoco le guste el trabajo. No les cerremos alternativas.

Hemos de planificar el trabajo:

Congruente a su edad, no es cuestión de machacarlos sino de educarlos.

Conforme a sus necesidades educativas, no podemos ponerlos a estudiar 4 horas y a trabajar otras cuatro. Lo primero es lo primero, el curso siguiente está a la vuelta de la esquina, y, ahora, son vacaciones.

Acordar unos días, depende de la edad, pero no menos de 20, en los que este de vacaciones. Tú, por muy mal que lo hagas en la empresa, también los tendrás. Porque si quieres rendir bien la próxima etapa, tienes que llegar en condiciones.

Que, al menos parte del dinero, sea para ellos, pues es el fruto de su trabajo. Entendemos que, en la medida de la necesidad del hogar, es educativo y obligado, desviar parte de ese dinero al núcleo familiar.

Paralelamente tenemos que ir educando en valores, con el fin de que el día de mañana sean capaces de desarrollar bien su trabajo.

En conclusión: Hemos de ensañarle nuevas realidades, no castigarles con ellas.

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