Lo que más me sorprendió es la falta de seguridad del mismo. Como os podéis fijar en el detalle de una de "sus patas", no han puesto una simple valla o cualquier tipo de impedimento para que los descerebrados hagan de las suyas.
Lo primero que me vino a la cabeza al ver esa facilidad de subir es que no creo que acabemos la Expo (septiembre) sin tener unos buenos graffitis adornando no sólo las patas sino la zona central que une ambas a unos 20 metros de altura. Y no sólo eso sino que no me extrañará nada cuando vea en un periódico que un joven ha muerto al caerse desde ahí arriba.
Qué poco les costaba poner un barandilla horizontal al principio. Que si, que todo se puede saltar si se quiere, pero se ponen dificultades para que, al menos, sea algo difícil el vandalismo, ¿no?
Sino, tiempo al tiempo, ya veréis …
