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El arca de Noé y la arquitectura naval

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Hace unas semanas, no se por qué razón salió a relucir entre los amigos el tema de diluvio bíblico, tal vez se debió a que por aquel tiempo llevamos unos días de lluvia que no paraba. Cada uno daba su opinión, y como me gusta mucho curiosear, me puse a investigar sin ningún tipo de prejuicio el tema del arca de Noé.

Independientemente de que uno crea el relato o no, es algo que no voy a comentar, pues no voy a referir el tema religioso, pero lo que si me interesa de verdad es el tema técnico del "arca". Nada más empezar a leer el libro bíblico de Génesis, indica que el arca de Noé tenía forma de cofre o caja alargada, eso me dejó aún más intrigado, así que decidí investigar.

Hace más de 5000 años, el libro de Génesis muestra que Dios decidió inundar la Tierra para acabar con la maldad. Dios le dio a Noé instrucciones detalladas en cuanto a su tamaño, forma, sistema de iluminación y ventilación, así como sobre los materiales que se deberían usar para su construcción (Génesis 6:14-16). Así que Noé y su familia se pusieron manos a la obra, para que se salvaran junto con su familia, algunos representantes del reino animal.

Es probable que solo faltasen cuarenta o cincuenta años para que llegase el Diluvio, la embarcación tendría que medir 300 codos de largo, 50 de ancho y 30 de alto (Génesis 6:15). El codo era una medida de longitud que correspondía aproximadamente a la distancia que va del codo a la punta de los dedos.

Según los datos que he buscado, en Israel equivalía por lo general a unos 44,5 centímetros aproximadamente. Por lo que las dimensiones de esa nave, serían redondeando: 134 metros de largo (menos de la mitad del largo del transatlántico Queen Elizabeth 2, y casi la mitad que el Titanic, ver plano), 22 de ancho y 13 de alto, eso da un volumen bruto total de 40.000 metros cúbicos.

El arca tenía tres cubiertas, o plantas, lo que reforzaba su estructura y generaba una superficie hábil total de 8.900 metros cuadrados. Se especificó con qué material se debería construir esta inmensa arca: “Haz para ti un arca de madera de árbol resinoso [literalmente, “árboles de gófer”]”. (Gé 6:14.) Algunos opinan que esta madera resinosa se obtuvo del ciprés o de algún árbol parecido. El ciprés crecía en abundancia en aquella parte del mundo, y tanto los fenicios como Alejandro Magno apreciaban su madera, en especial para la construcción de barcos —como también ocurre hoy día—, pues es particularmente resistente al agua y a la putrefacción. Se sabe que algunas puertas y postes hechos de ciprés han durado mil cien años.

Por lo tanto estaba construida con madera resinosa —posiblemente ciprés—, que es muy resistente al agua, y además iba calafateada, o sellada con alquitrán, por dentro y por fuera (Génesis 6:14-16). Aunque en la Biblia no se dice cómo ensambló Noé las piezas de madera, lo cierto es que antes del relato del Diluvio ya se mencionan los forjadores de herramientas de cobre y de hierro (Génesis 4:22). Sea como fuere, hasta el día de hoy se emplean las cabillas (o pernos) de madera en la construcción de embarcaciones de este mismo material.

El arca contaba con varios compartimientos, una puerta lateral y un tsóhar de un codo de altura, que posiblemente se tratara de una cubierta a dos aguas con aberturas en su parte inferior para la ventilación y la iluminación. Sin embargo, Génesis no menciona que tuviera quilla, proa, velas, remos ni timón. De hecho, la palabra hebrea para “arca” se utiliza posteriormente para la cesta recubierta de betún y pez en la que la madre de Moisés dejó a su bebé flotando en las aguas del Nilo (Éxodo 2:3, 10).

La proporción o relación existente entre las medidas del arca era similar a la de numerosos buques modernos: su longitud era seis veces su anchura y diez veces su altura. No obstante, las naves actuales adoptan una relación entre longitud y anchura que tiene en cuenta la potencia necesaria para propulsarlas, mientras que en el caso del arca este no era un factor relevante, pues bastaba con que flotara. Ahora bien, ¿cumplía adecuadamente su cometido?

La proporción de las medidas de un buque incide también en su comportamiento ante el viento y las olas. La Biblia explica que tras las enormes precipitaciones que anegaron el planeta, Dios hizo que soplara un viento (Génesis 7:11, 12, 17-20; 8:1). Aunque no especifica la fuerza de las olas o del viento, seguramente fue muy intensa y variable, como sucede hoy día. Cuanto mayor fuera la duración e intensidad del viento, más altas serían las olas y más separadas estarían unas de otras. Asimismo, si hubo actividad sísmica, es posible que produjera un fuerte oleaje.

Pues bien, la proporción de las medidas le confería gran estabilidad al arca. Además, su diseño atenuaba el cabeceo que tuvieron que producir las embravecidas aguas. Si este movimiento, con el que sube y baja alternativamente un extremo y otro de la embarcación, hubiera sido muy intenso, la sensación habría sido muy desagradable tanto para las personas como para los animales del arca. Además, la estructura de las naves debe ser capaz de resistir otras grandes tensiones. Por ejemplo, cuando las olas encrespadas levantan ambos extremos del casco a la vez, este tiende a curvarse hacia abajo en el centro. Sin embargo, cuando una de estas olas lo eleva por su punto medio, los extremos quedan sin apoyo y también tienden a curvarse hacia abajo. Los constructores de barcos han aprendido que los buques soportan mucho mejor tales tensiones si la relación entre longitud y altura es de 10 a 1, la misma que Dios le mandó utilizar a Noé.

La forma de cofre del arca garantizaba que la flotabilidad (la fuerza que la mantenía a flote) fuera uniforme. También tuvo que serlo el peso. Seguramente Noé distribuyó de forma equilibrada los animales y las provisiones para más de un año, y así redujo la tensión que ejercía la carga sobre la estructura del arca.

Pero lo que más me ha llamado la atención, es que el tamaño del arca está en consonancia con las proporciones y principios de la construcción naval más avanzados de nuestros días. Como es natural, hay muchos detalles del arca y del Diluvio que no se mencionan en el libro de Génesis y que por supuesto desconocemos.

Sobre la foto. Es un trabajo de Johan Huibers, un holandés de 47 años que construyó una réplica del arca de Noé. La nave mide 70 metros de largo, 13,5 de alto y 9,5 de ancho, que aunque no coincide con el tamaño original del arca que era el doble, pero nos ayuda a hacernos una idea. Está hecha de cedro americano y pino noruego. Dicen que lo hizo para convertirse en una especie de miniparque de atracciones religiosas flotante en los canales holandeses. Huibers quiere llenar la nave con corderos, conejos, cabras, pollos y otros animales de granja. (Imágenes vista en dogguie.com).

Escrito por: Toni (Cosas Sencillas).

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