La primera de ella, de noche, con una exposición larga, hace predominar el azul característica nocturno que todos los zaragozanos disfrutamos desde muchos puntos de la ciudad, y espero que quede tras la muestra. Me encanta volver por la noche por las autopistas de regreso y verla ya a 20 km de distancia.
La segunda, de día, también sobreexpuesta, muestra los interminables pasillos circundantes que suben y bajan intercalándose. Más de 20 pisos de subida y otros tantos más de bajada a pie. Me encanta como ha quedado esta foto porque parece de las típicas películas de ciencia ficción de las estancias del futuro.