Las más clásicas podrían ser empezar a adelgazar, dejar de fumar, ponerse a estudiar (para los exámenes de febrero), cambiar radicalmente algún hábito en el trabajo, … ¿Realmente las hacemos? ¿Realmente nos motiva tanto el cambio de número en el año para ponernos en serio con nuestras perdiciones?
Lo claro es que nos motiva mucho esta fecha y que hacemos lo posible por conseguir estos lastres, pero deberíamos preguntarnos algo muy simple: ¿son algunos de estos deseos los mismos que pedí el año pasado?
Si es que si, quizá tu solución no es el cambio de número del año, sino que deberías buscar el cambio en cualquier otro día con otra excusa y sobre todo con otra dosis de poder de voluntad.
¿Que te propones tu para este año nuevo que empieza?