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Imaginate que tienes una cámara de fotos, y esperas al momento en el que una pequeña mosca que está a unos 4 metros de distancia, pasa «aparentemente» por delante de una montaña que se encuentra a 4 kilómetros de distancia, y justo en ese momento sacas una foto.
Así se debió sentir el fotógrafo de esta fotografía, que consiguió sacar el momento del tránsito de la Estación Espacial Internacional, la más cara, lejana y permanente avanzadilla espacial de la humanidad a unos 380 kilómetros de distancia, mientras que «pasaba aparentemente» por delante de la Luna, un objeto muchísimo más grande, pero 1000 veces más lejano, a unos 380.000 kilómetros de distancia.
¿No es maravilloso? El detalle que más me gusta es que la estación espacial refleja la luz azulada de nuestro planeta en la gran cantidad de superficies metálicas y de paneles solares que la conforman.