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Uno no comprende lo enamorado que está hasta que accede acompañar a su pareja a un concierto de Marilyn Manson :D La aplicación que tenía en el móvil para medir la acústica reventó literalmente. Incluso entre canción y canción, donde no se tocaba ningún instrumento, me marcaba más de 130 decibelios (a partir de 100 es poco aconsejable para el oído humano); ya no os podéis imaginar cuando tocaba un grupo en el que prácticamente no se entendía nada.
Si, los había escuchado antes, pero en concierto son … ¡abrumadores! Sinceramente no sabía cuando era el estribillo de la canción, el principio, el final, o que le estaban estrujando los h…. al cantante, que por cierto, yo creo que se metía algo entre canciones. Yo pensaba que era un grupo muy seguido (todavía) y no creo que llegaran a 2000 personas las que estuvimos en una carpa mal montada cerca del Estadio Olímpico de Barcelona.
Por otra parte, he de decir que Marilyn Manson es un personaje muy curioso. Leyendo su biografía me entero de cosas muy interesantes, como de su forma de pensar:
La idea es que no existen las personas buenas y las personas malas, sino que todo ser humano es al mismo tiempo bueno y malo. Así, esforzarse en cumplir los preceptos morales del cristianismo es inútil, porque ello no elimina la parte mala de la persona, que es imposible de eliminar, sino que conduce a la hipocresía. La única solución posible es la aceptación de la propia maldad inherente a la naturaleza humana, lo cual constituye la filosofía profunda del grupo.
“Cuando todo el mundo quiere destruirte, todos los días son tu último día y cada actuación puede ser la última. El Anticristo no soy sólo yo. Es un estado mental colectivo del que Estados Unidos necesita que le despierten. Ese es el propósito de esta gira, quizás de mi vida: hacer que los estadounidenses se den cuenta que no tienen que creer en algo sólo porque se lo han estado inculcando toda la vida. No se puede oír a alguien que nunca tuvo sexo o tomó drogas, diciéndote que están mal. Sólo a través de la experiencia cada uno puede determinar su moralidad. Ser humano no es tener que estar buscando constantemente perdón por serlo, sino llevar, como individuo, una existencia libre de culpa. Es lo que siempre ha temido la Iglesia, si olvidas la idea de Dios y crees en ti mismo, el mundo se acaba para los que no creen en el Señor como salvador personal de cada individuo”