[su_wiloke_sc_company_website]Buscando un descanso de relax, desconexión y con ganas de cargar las pilas en la naturaleza, hemos viajado de nuevo al Monasterio de Piedra. Este lugar es un paraíso para los amantes de la fotografía. Con los colores del otoño, recoger con nuestra cámara la belleza del parque es un placer.
Jugamos a atrapar con nuestra lente la caída del agua de las cascadas, los reflejos en los lagos, como el Lago de los Patos o el del Espejo, las vistas desde las terrazas y los miradores, enfocando a captar bien todo el abanico de colores otoñales.
El agua marca siempre el camino. Siguiendo su curso, nos adentramos en las curiosas grutas que forma en la roca de tonos rojizos. En pocos pasos de distancia, la fantástica luz del sol reflejada en las cascadas se encierra los huecos húmedos de la caliza, y los increíbles contrastes de ambientes que conviven en el mismo espacio son dulces retos visuales para el fotógrafo.
En una mañana se puede recorrer tranquilamente todo el itinerario del parque, disfrutando del silencio y el aire fresco (¡realmente fresco, mejor abrigarse bien!).
Para nosotros, el Monasterio de Piedra es un 10 como lugar de escapada fin de semana.