– Semproniana, donde gozar de la cocina de Ada Parellada, una famosa y simpática chef con más de 25 años de experiencia en gastronomía local.
Atún en su punto. Foto: Alex Dantart
Este restaurante ofrece originales posibilidades, como ¡"comer por tallas"! ¿Tienes ganas de probar un plato delicado, pequeñito, que te puedas comer casi de un bocado? ¡Pídete una S! ¿Tienes que coger algo más de energía, pero sin llenarte?: la M es tu talla. Y si eres de buen comer, ¡no te lo pienses, ve a por la talla L!
Otras grandes ideas que Ada ha puesto en práctica en este original espacio son: "S-10" y sus clases de cocina. Con la tarjeta llamada "S-10" Semproniana ofrece un curioso bono, similar a un billete de metro para 10 viajes, que en este gaso son 10 cenas, ¡inolvidables citas gastronómicas por sólo 10€ cada una!
Una original manera de crear adictos a su cocina.
Si tienes la mañana del domingo libre, y has decidido comer bien y aprender algo de los fogones de Ada, puedes acercarte al restaurante a media mañana. Si tienes suerte, podrás asistir a una de sus clases-taller y degustar muestras de su buen hacer, ya que comparte sus trucos con los comensales.
– La ruta de Food&Wine Tours nos ayudó a descubrir algunos lugares recorriendo los barrios más representativos de la mano de con guías locales. Xaloc es el clásico bar de tapas, perfectamente ubicado en el barrio gótico. Combinar un paseo con unas croquetas, unos buñuelos de bacalao, o una escalibada, es un plan perfecto. Tapas de calidad, con personalidad, y algo muy importante: una cuidadísima presentación, que las hacen atractivas a la vista, además de al paladar.
– El Mercado de la Boquería es un escaparate de productos frescos en la propia calle, abierto a todos los públicos. En él puedes ir a saborear unas típicas olivas, platos de jamón al corte, fruta y hortalizas frescas, zumos, pescados… y cualquier ingrediente que quieras para una buena cocina. Se dice que es uno de los mejores mercados de toda Europa, y realmente se trata de un paraíso para los sentidos: olores y colores propios, rodeados de multitud de sensaciones entre el bullicioso ir y venir de los afanados vendedores, clientes y visitantes.
– El Orio en una muestra de cocina vasca en pleno corazón de Cataluña, junto al mercado de Santa Caterina. Ofrece una gran variedad de pintxos tradicionales de la región de Euskadi, con sus quesos fuertes, sus sabores intensos y mucho carácter. Los eliges de la propia barra, comes los que quieras, y al final tu cuenta será en proporción al número de palillos -hay uno en cada pintxo- que sean testigos de tu elección. Los precios son algo más caros que un típico bar de tapas, se llega fácilmente a una media de 30€ por persona, si bien la calidad y el servicio son impecables. Este bar tiene la friolera de ¡102 años!, y desde entonces acerca el aire de los pueblos pesqueros vascos a Barcelona.
