[su_wiloke_sc_company_website]La Navidad ya está aquí. Este año se ha notado muchísimo menos el super adelanto de otros años y ha esperado hasta que entró noviembre, supongo que por la crisis.
Pero como todos los años siempre me viene la reflexión de lo que realmente es la Navidad, y lo atrofiada que tenemos esta (originalmente) fiesta pagana en conmemeración.
Históricamente, la verdadera fecha del nacimiento de Jesús permanece bajo un velo de incertidumbre que no han podido levantar ni la historia romana, ni el censo imperial de aquella época, ni la investigación de siglos posteriores. La fecha del 25 de diciembre, como es bien sabido, fue escogida por la Iglesia de Roma en el siglo IV. En la Roma pagana, este día estaba dedicado al dios Sol. Aunque el cristianismo ya estaba asentado en Roma a partir del edicto de Constantino, el mito del dios Sol todavía estaba muy difundido, especialmente entre los soldados romanos. Las festividades que giraban en torno al 25 de diciembre estaban tan arraigadas en la tradición popular que la Iglesia Romana pensó darle a esa fecha un sentido religioso cristiano. Para ello, se sustituyó al Dios Sol por el verdadero Sol de Justicia, Jesucristo, escogiendo este día como fecha de su nacimiento.
Pero la Navidad se ha convertido en algo bien distinto. Independientemente del gusto por la Navidad que tenemos (aproximadamente mitad y mitad), los carteles luminosos que hay por las calles ya no tienen pudor en mostrar lo que realmente es.
Me acuerdo de pequeño que todos los motivos eran el portal de Belén, la estrella que guió a los Reyes Magos y otros similares. Ahora, no se tiene ningún reparo en añadir una bolsa de compra directamente al lado del ángel.
¿El ángel se va de compras? ¿Viene el ángel ahora con los regalos? ¿Es un intento desesperado del gobierno para recordarnos que tenemos que comprar en estas fechas para gastarnos el dinero compulsivamente?
Me imagino el próximo año que las luces ya serán tickets regalo de «El Corte Inglés» o corbatas y colonias. Poco nos falta para traducir y convertir esta «fiesta» en un acontecimiento puramente comercial … ¿o ya lo hemos hecho?
Foto realizada Major de Sarria (Barcelona)