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Propósito del año: adelgazar

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[su_wiloke_sc_company_website]Dietas y dejar de fumar, son los dos grandes propósitos que año tras año muchos de nosotros nos ponemos.

Esta es la tercera semana de enero, estadísticamente donde el propósito que nos marcábamos a principio de año se abandona: uno ya no va al gimnasio y/o vuelve a las comidas grasientas o rápidas, con el consiguiente sobrepeso, o no puede rechazar «una caladita». A partir de ahora, los gimnasios sufrirán bajas (quizá unos meses mas tarde porque todos siempre «esperamos» poder ir) y las tabacaleras volverán a tener sus ingresos (aunque cada vez están teniendo menos en general).

El mio de este año (como no fumo) es intentar ponerme en forma, y para ello me he comprado una bicicleta. Lo reconozco, soy incapaz de ir a un gimnasio, lo he intentado 3 o 4 veces pero al final pasa lo que pasa, que no vas. Pero creo que la bici es más divertida, y siendo que vivo ahora en una nueva ciudad, me puedo ir de turismo urbano los fines de semana con mi cámara fotográfica (que ya tengo ganas de sacarle el polvo y hacer más pruebas).


Mi nueva bici, comprada en el Decathlon de Gran Vía 2

Me comprometo a irme por Barcelona, pasearme por la diagonal e intentar también alguna vez entre semana dar vueltas por mi zona de residencia.

Por otra parte, para rematar más la cosa, he empezado a tomar piezas de fruta. Lo reconozco (y es muy triste), quizá en los últimos 5 años de mi vida he comido apenas 20 piezas de fruta, pero ahora en lo que llevo de año llevaré más de 30. Me tomo mandarinas, que son las más prácticas y manejables en el trabajo, entre horas.

Además, tengo la suerte de comer todos los días en un buffet libre de ensaladas, con lo que al menos, la mitad de mi ingesta principal son verduras, pescados y sopas.

En serio, me siento nuevo y estoy muy contento de este cambio… no es tan difícil como pensaba, y seguro que el tiempo me lo recompensará.

Me llamaréis viejo, pero he llegado ya a la conclusión de que el dinero no es importante, sino que la salud personal y el bienestar que uno siente consigo mismo, supera con creces lo que para muchos es casi su razón de vivir.

Ya soy un poquito más sano.

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