[su_wiloke_sc_company_website]¿Conoces la historia de estos emblemas centenarios? Aquí va:
En el año 1900, los fabricantes de neumáticos André Michelin y su hermano Édouard publicaron la primera edición de una guía para motoristas en Francia. En esa época apenas había 3.000 coches en toda Francia, y pretendía ser un elemento publicitario para vender más neumáticos. Se imprimieron 35.000 ejemplares, que se regalaban como guías informativas con mapas e información útil sobre cómo hacer reparaciones mecánicas, cambiar los neumáticos, dónde repostar o dónde alojarse. Cuatro años más tarde, se imprimió también en Bélgica. Hoy, más allá del mundo del motor y ala carretera, es todo un referente mundial en el sector de la hostelería.
La compañía Michelin publica año tras año, la famosa Guía Michelin, en la que los mejores restaurantes y hoteles se destacan con premios de excelencia conocidos como las estrellas de la buena mesa.
Los pocos establecimientos de la guía que poseen estrellas, tienen en ellas un tesoro. Al conseguir esta insignia, se dispara la fama del negocio. De la misma forma, si se pierden -ya que se pueden perder si no se mantienen adecuadamente- sus efectos pueden ser drásticos.
¿A quién no le gustaría ser ininspector de restaurantes para la Guía Michelin? Probar los mejores platos siempre desde el más profundo y riguroso anonimato con el poder de condecorarlos o destronarlos con las codiciadas estrellas, es un papel muy en serio en el panorama gastronómico internacional. Tal vez no lo sabes, y tienes a uno de estos críticos justo al lado.
El máximo número de estrellas de la buena mesa que un restaurante pude lograr es tres. Son casos de una cocina realmente excepcional, que merece la pena viajar a visitar esté donde esté (como decimos en mi tierra ir de propio). Si el establecimiento logra obtener dos, se considera un restaurante de primera clase en calidad. Si consigue una estrella en la Guía Michelin, se trata de un restaurante muy bueno en su categoría.
¿Qué buscan los inspectores para otrorgar esta distinción? los anónimos inspectores examinan en profundidad especialmente la calidad, el dominio de la técnica culinaria, la personalidad de los cocineros y la consistencia de la comida.
Mientras el público exigente opina sobre la decoración del restaurante, la comodidad de la silla o el color de los manteles, los inspectores de la Guía Michelin no examinan estos aspectos, se centran exclusivamente en la comida y el chef. ¿Qué bocado es de tres es tres estrellas para tu paladar?
Fotos: FranceMagazine | OmegaShop | TravelMichelin