El otro día estaba saliendo por ahí y de repente irrumpieron en el local donde estaba. Se paró la música, la gente poco a poco empezó a callarse, y se encendieron un poco las luces. Eran los antidrogas, la DEA o como los quieras llamar. Lo más gracioso es que son lo suficientemente cobardes como para que algunos no den la cara.
En primer lugar, uno de ellos venía vestido de prácticamente "gris" (a ver si ...