No tengo ni idea de la física del sonido y de cómo influye en los cuerpos, pero lo que si sé es que me he quedado absolutamente boquiabierto al ver este experimento.
Como si fuera un flautista de Hamelín, al que le siguen las ratas, a este azúcar le gusta el sonido y nos deleita con dibujos muy bellos. Se trata por lo visto (por lo que veo y deduzco) de un tabla sólida en donde van echando azúcar, y a ...