Consejos porque ¡más vale maña si vas a la montaña!

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[su_wiloke_sc_company_website]Subir a la montaña es la conquista de un sueño para muchas personas. Cuando la emprendemos, hemos de tener en cuenta que es grandiosa: ¡no es un parque! Para gozarla sin resultar lesionados, heridos o incluso algo peor, hay que seguir unas reglas. Por eso, disfrutemos de ella con precaución.

Debemos estar especialmente alerta en los lugares expuestos o con cierto peligro, tanto si viajamos solos, como si lo hacemos acompañados.

Es aconsejable ir en grupo de al menos tres componentes. En ese caso, estaremos atentos a los movimientos de los demás y nos daremos cuenta si es preciso ayudarles o guiarles para que la aventura sea divertida para todos.

Unos consejos muy prácticos:

– Infórmate previamente, de las previsiones meteorológicas.

Los pequeños son más vulnerables que los adultos a las condiciones extremas (tanto de frío como de calor). Si vas con niños, elige un día propicio y evita que pasen un mal rato, la montaña no se moverá del lugar en el que está.

– Cuenta siempre con la vestimenta y calzado adecuados para la montaña. Presta especial atención al equipamiento de los niños, equipa bien sus mochilas. Obtén conocimientos en primeros auxilios y piensa que un pequeño botiquín puede ser tu mejor aliado. Implica a los pequeños enséñándoles a preparar la mochila para una excursión segura.

Que no falte la ropa de abrigo, calzado cómodo de montaña, cortavientos, impermeable, gorra, guantes, una linterna y protección solar para los ojos, la piel y los labios. Prepara la mochila y la ropa el día anterior, déjalo todo listo, así por la mañana tendrás menos cosas en las que pensar y os moveréis más rápido.

– No sobrevalores tu energía y conocimientos ante la montaña, ni practiques deportes no conocidos sin la supervisión de un experto. No sobrestimes tus posibilidades. Elige una actividad acorde con tu nivel físico y técnico. No utilices jamás plásticos ni otros elementos para deslizarse por laderas nevadas o heladas, pueden provocar graves lesiones.

– Respeta la señalización en las instalaciones deportivas y de ocio y no abandones los recintos y pistas señalizados, muy especialmente con niebla o ventisca. Ten en cuenta el riesgo de aludes, la nieve acumulada puede ser peligrosa. Evita transitar por lugares con placas de hielo.

– Ten cuidado con las pendientes, requieren un equipamiento adecuado y buena condición física para no resbalar. No te aproximes nunca a los precipicios aunque aparentemente sean seguros. Las vistas son igual de bonitas desde un poquito más atrás, y casi seguro que tu cámara tiene zoom ;)

– Cuida y respeta el entorno. No tires basura ni residuos que deterioren el medio ambiente, ¡podrías causar un incendio!. Contribuye a conservar el paisaje natural limpio.

– Comprueba la información de tráfico y revisa el buen estado de mantenimiento del coche antes del emprender el viaje, sobre todo si vas a enfrentarte a condiciones climatológicas adversas. Conduce con suavidad, tanto en lo que se refiere a la dirección, al acelerador y al freno, y mantente tranquilo. Todo lo que no sea suave puede ocasionar deslizamientos, inestabilidad en el vehículo y una conducción no segura.

Trata de frenar preferiblemente en recta, y empleando el freno motor. Lleva en el coche cadenas, una pequeña pala, un chaleco reflectante y mantas, aunque esté anunciado buen tiempo y no tengas previsto finalizar de noche. Siempre es mejor viajar a la montaña con el depósito lleno.

– Lleva siempre agua y comida que reponga tus fuerzas rápidamente -y que puedas comer cada poco tiempo-. Déjate a mano algo para picar. No confíes en las fuentes: ni en encontrarlas donde dicen los mapas que están ni en que su agua sea de buena calidad.

– Es recomendable llevar teléfono móvil así como dispositivo de alimentación de energía para el mismo. El móvil puede ser mejor aliado apagado y con la batería cargada. Si es posible, averigua antes si en la zona por la que te vas a mover habrá cobertura o cuáles son los lugares más cercanos desde los que dar un aviso, así si os sucede algo sabrás cómo actuar en ese sentido.

También hemos de saber que en muchos lugares no hay cobertura de telefonía móvil y la ayuda, si la necesitamos, puede tardar en llegar. Ante cualquier emergencia llama al 1-1-2 (emergencias), o al 0-6-2 (rescate de montaña). Si tienes licencia puedes llevar también una emisora conectada a la red REMER (146,175 Mhzs) en la que funcionan la mayor parte de los refugios de montaña.

– Planifica tu actividad con información adecuada (guías, mapas, libros, reseñas, etc…) Haz bien los cálculos de distancias, desniveles y horarios habituales. Añade un margen razonable al tiempo para paradas y descansos extras. Si vas en familia, escoge rutas interesantes para los más pequeños: agua, bosques, leyendas y animales no fallan. Prepara un plan alternativo, y trata de contemplar la posibilidad de quedarte a mitad de camino sin que ello suponga un problema para nadie.

– Deja dicho dónde vas, los detalles de tu actividad y cuándo tienes previsto regresar a alguien cercano que pueda estar pendiente de tu regreso.

– Llévate mapa, brújula, o GPS. Si tus pequeños acompañantes ya tienen cierta autonomía puedes delegar en ellos la responsabilidad de llevar parte de este material (por ejemplo, el mapa, que pesa poco), así conseguirás que se impliquen más y se dejen llevar menos… Asegúrate de que saben leerlo. Conocer las marcas homologadas de señalización de los senderos es muy útil en las travesías.

– Madrugar es importante, pero también ir bien descansado para estar a pleno rendimiento físico. Si comenzamos la ascensión temprano, se nos hará más ligero subir con el fresco de la mañana, iremos sobrados de tiempo para caminar relajadamente y disfrutar de la ruta y tendremos margen de maniobra ante cualquier imprevisto. En la montaña nunca nos arrepentiremos de haber salido temprano, pero casi siempre de haberlo hecho tarde.