Cuántas veces sin querer hemos tirado en la oficina algo de otra persona. No se, se coge, se pone en su sitio y ya está. La pena es que no haya audio (aunque lo hubiera el ruso lo entendemos poco) pero algo habrá dicho el de la camisa blanca (¡supongo y espero!) para que al menos el jóven se altere de esa manera.
No justifico nada de sus actos, pero digo yo que habrá sido por algo que ha dicho, o eso, o ...