La máxima de que los negocios son los negocios y los contratos, sagrados, se ha cumplido de un modo bien curioso en el Reino Unido, donde un hombre fue multado y condenado a quince meses de prisión después de no matar a la mujer que le había pagado para que llevara a cabo ese trabajo, según la historia a la que ayer The Times dedicaba toda una página.
Christine Ryder, una mujer de 53 años con ...