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(Noé, año 4314 AC)
¿Cómo coño se te ocurrió eso?
(Su mamá a Pitágoras, año 126 AC)
¡Qué calor, coño!
(Juana de Arco, 1431)
¡¿Cuándo coño vamos a llegar?
(Cristóbal Colón, año 1492)
¿Cómo coño quieren que pinte el techo?
(Miguel Angel, año 1566)
¿Qué coño tomaste, Julieta?
(Romeo, año 1595)
¿De dónde coño salieron todos estos indios?
(General Custer, año 1877)
¿Cómo coño no van a entender esto?
(Einstein, año 1938)
¡Vamos, Mónica! ¿qué te pasa? ¿Quién coño se va a dar cuenta?
(Bill Clinton, año 1997)
¡Coño, no me lo puedo creer!
(Zapatero, 14 marzo 2004)
Para una version mexicana sustituya el «coño» por un «chingado» ( o equivalente ) …
23 de diciembre de 2005«Se sienten coño» (Tejero, 23 Feberero 1981)
26 de diciembre de 2005Coño, pues que coños, mas cañeros.
26 de diciembre de 2005Coño… que bueno xDDD
Saludos!
26 de diciembre de 2005Me parece, con las disculpas debidas del caso, que la «Traducccion» al español Latinoamericano seria algo asi como:
«Pero que C….ajo»
Muy bueno el post.
29 de diciembre de 2005Al señor con gentilicio anonimo de linuxman – americanismo
23 de enero de 2006yanky bastante notorio, por cierto, creo importante matizarle, que pleonasmos, gentilicios extranjeros y demas bellezas ajenas
al idioma Cervantino, que es uno,unico, y universal, por logica collonica – vease en dicccionario- NO tiene sucursales.
Que harian en toda tierra que habla Castellano, cambiando
Lengua tan culta. – para los cultyos, claro !
que coño es esta mierda
16 de abril de 2006Gerge W.Bush dijo el 8 -11 – 06 : ! Coño ,que cagada he puesto !
10 de noviembre de 2006quiero cono ser amigas
21 de noviembre de 2006coño ,UN COÑO
24 de noviembre de 2006¿Qué coño es esto?
26 de noviembre de 2006¡Coño me gusta!
26 de noviembre de 2006¡Coño con el caño!
26 de noviembre de 2006exelente!
1 de diciembre de 2006hoooooo siiiiiii siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ssiiiii coñooooo no paressss siiiii uuuuuuuun mmmmmm hayyyy hayyyy hayyy gusto hayyyyyy mmmm!!!!!!!!!!!!!
18 de febrero de 2007Es algo »comico» pero claro que en una lengua vulgar…
8 de marzo de 2007Vaya coñada de coños «coñonudos»
22 de abril de 2007Muy bueno.
Lo de «Se sienten coño» del 23 de Febrero de 1981,no lo dijo Tejero
sino un Teniente de la Guardia Civil llamado Vicente Ramos Rueda.
Ver la grabacion de TVE.
21 de julio de 2007pero que coño hago yo escribiendo, si seguro que nadie lo lee.
1 de agosto de 2007los 10 coños mas importantes….
elsapataky….pazvega….natalia…..etc
1 de septiembre de 2007En Venezuela se usa el término «Caerse a Coñazos», que significa parse golpes con los puños.
5 de septiembre de 2007Tambien usamos la`palabra «Coño» para casi todo como muletilla
¿Por qué no os vais todos al coño?
9 de octubre de 2007Me encanta comer coños
9 de octubre de 2007porque coños escriben tonteras
9 de octubre de 2007y que chingados con eso chingada madre!
10 de octubre de 2007y que chingados con eso chingada madre!…vale chingada
10 de octubre de 2007que coño psa en esta puta casas!
8 de diciembre de 2007Mensajero Universal
?Mexclo?
1979? 11979
M E X C L O: UN LLAMADO AL CORAZON
?MENSAJERO UNIVERSAL?
CONGREGACION DE LOS:
+ 144.000
AÑO 1979 Rosario de Santa Fe, República Argentina
M E N S A J E
Hermanos del mundo
Este material es para aquellas personas, que acepten el desafío de enviar al mundo; a MEXCLO. Sea cual fuere el medio que utilicen para divulgarlo. Con la única y exclusiva finalidad de hacer algo positivo por esta caótica humanidad. Crear todo tipo de cadenas y enlaces.
Este texto trata la llegada al planeta tierra, de un ser que tiene tres colores en la piel: blanco, negro, amarillo. Recibido por un hombre unidad llamado Miguel Brandoni, año 1979 Rosario, Argentina.
El motivo por el cual se envía a Mexclo, es que se debe transmitir este mensaje a toda la humanidad, ya que es de suma importancia para la vida del planeta tierra. En el año 1979 fue transmitido este mensaje de MEXCLO, y se instruyó sobre la importancia de unir a las razas.
Como verán, tiene gran similitud con las Tablas Sagradas de los indios hopi de Norteamérica; (ver información por internet) MEXCLO es el hermano del este que esperan los hopi de norteamérica.
?MEXCLO, es una entidad verdadera, y envía su mensaje a la humanidad, fue diseñado como un personaje de ficción; con características de novela, para ser presentado ante la sociedad. Mas su principal objetivo es promocionar la unidad de razas?
La finalidad primordial de este proyecto es que Mexclo; se expanda a editoriales, productoras cinematográficas, radio, televisión, diarios y revistas de todo el mundo. Recurrir a todos los medios posibles y a personas que puedan interesarse en este proyecto.
Internet es una buena herramienta. También contactarse con los indios hopi, sus jefes, su gente, ellos ya conocen la ley que está en las Tablas Sagradas, y de su hermano del este.
De esta manera se generará la concentración de personas en todo el mundo, de distintas ideologías y culturas, y se buscará el punto de unión entre las razas, en la propia conciencia.
El planeta esta en juego, el futuro de nuestros niños, Mexclo es el Guía, es la voz que clama, paz y amor, él es un niño también. Como lo son también los que son puros de corazón, los que aman a la naturaleza, y la vida sobre la tierra.
Ayudar a sus semejantes; y cubrir las necesidades humanas, a través de la unidad de razas.
El dinero es un medio alternativo en determinados aspectos para realizar esta tarea de humanización, pero no lo primordial, más importante es el amor, lo que uno da sin pedir nada a cambio.
Ojalá no pase mucho tiempo, para que comprendan el significado de la entidad Mexclo, del objetivo real.
Su procedencia surge de profecías milenarias, nacida de las raíces mas profundas del pensamiento Universal.
?Hace miles de años atrás, había una guerra en el cosmos entre planetas.
Los sabios se reunieron tratando de encontrar alguna solución e implantaron en la tierra, genes de distintos mundos: seres, plantas y animales, fueron traídos para tal experimento. El resultado final esperado sería; la unificación de los seres traídos al planeta tierra y vueltos a llevar a sus mundos originales, para lograr la unificación del Universo.
El plan continuaba a través de los siglos. Muchas civilizaciones fracasaron y tuvieron que ser destruidas, y otras comenzaron con nuevos implantes y combinaciones?
?Las guerras seguían entre los seres de la tierra. Fueron instruidas distintas civilizaciones para lograr la unidad Universal. Egipcios, Mayas, Aztecas, Incas, Hopi de Norteamérica, Comechingones de Argentina, y otras mas. La relación que existía y unía a éstas culturas; era el sol, la cruz y la serpiente. Y el rito llevado a cabo y que actualmente algunas de ellas; sigue vigente; es el llamado del hermano del este; él que traería la paz y la unidad en la tierra?
Los indios hopi de Norteamérica, están esperando al hermano del este. Mientras tanto ellos preservan su tierra, en el estado natural y costumbres milenarias. Son los hermanos del oeste.
Mexclo, nace en 1979, ser que tiene tres colores en la piel, blanco, negro amarillo; representando a las razas. Vino al planeta tierra a traer la unidad de razas. Es un mensajero de la recapacitación y restauración de la idea original y llevada a cabo, por La Confederación Intergaláctica. MEXCLO; el conocimiento, fue transmitido a un hombre unidad; de la tierra, y éste lo manifestó, ignorando la existencia, de los indios hopi y sus Tablas Sagradas.
A tal efecto, sólo fue un canal de tal interpretación cósmica. Ya que fue concebido hace miles de años atrás por la Confederación Intergaláctica.
Los indios hopi, como tales otros, lo sabían, y aunque los ritos de ellos eran secretos, el hombre unidad recibió los conocimientos necesarios para crear a este ser MEXCLO, un ente espiritual de gran fuerza, poseedor de un Alma Universal, con capacidad de introducirse en la conciencia colectiva; es más, actuando, en el alma del niño; que todos llevan dentro.
Partiendo de un plan ya preestablecido en el cosmos. La segunda venida del Cristo; es el Juez propio de la consciencia, y sólo se salvarán, los que conserven el alma de un niño.
Para explicar con mas detalles: ?El alma humana, tiene la forma de un reloj de arena, parte de la altura de la base del cuello, hasta la altura del bajo vientre. A su vez el alma, gira y vibra, y posee tres campos energéticos unidos por retenes; un campo eléctrico, un campo magnético y un campo gravitacional, los que se verán gradualmente aumentados por la aproximación del cinturón fotónico, uno de los retenes que sostiene dos galaxias; que a su vez gira y vibra a gran velocidad; y el alma que está en sintonía con estas energías se vería afectada por ese caudal enorme de fuerzas, corriendo grave riesgo de enfermar y desintegrarse, si estuviera dividida el alma. Los hermanos del cosmos lo saben.
La debilidad humana: egoísmo, ambición, odio u otras formas de expresión; fomentadas en exceso, serían suficiente causa para que la parte fina de la cintura del alma, o sea la parte media de la forma de embudo ( del ejemplo del reloj de arena), se separe, y divida en dos partes y se anule el alma humana, produciendo, distintas enfermedades que conducirían a la muerte.
Por eso la importancia de recuperar al niño que todos llevan dentro. De recuperar el alma; y así regresar a las fuentes naturales, la que siguen conservando los hopi, que trae MEXCLO.
Por eso hermanos, MEXCLO debe ser traducido en todas las lenguas y transmitido por todos los medios existentes.
?MEXCLO ES UNA HISTORIA VIVA Y ESTÁ EN ACCIÓN,
DEPENDE DE USTEDES EL RESTO?
?MEXCLO, NO ES NINGUNA RELIGIÓN, NI LA CREACIÓN DE UNA NUEVA, NI PERTENECE A LA EXCLUSIVIDAD DE UNA RELIGIÓN. PERTENECE A TODOS?
?CADA SER HUMANO TIENE SU CULTURA, SUS CREENCIAS, SU RELIGIÓN PREESTABLECIDA? Y DEBE SER RESPETADA?
?MEXCLO ES SOLO UN MENSAJERO DE PAZ Y UNIDAD?
MEXCLO, es parte ya de la vida. Es algo que nació en el corazón y alma.
. Después de 20 años, se logró editar 500 libros, y con grandes esfuerzos, fueron distribuidos en bibliotecas y centros culturales del país Argentina.
Hace poco se lanzó el Proyecto MEXCLO, por internet, esperando alguna respuesta.
MEXCLO, vive, y tenemos esperanzas que la humanidad lo hará vivir en su Corazón.
Los mensajes dados a hombres unidad: Egipcios, Mayas Aztecas, Incas, Hopis de Norteamérica y Comechingones de Argentina. Manifiestan el contacto que tenían con seres de otras dimensiones y tienen actualmente, los indios hopi. Que hablan de entidades benefactoras, y que esperan su regreso. Vital proceso en el pasado para un futuro preparado; hoy presente de estas entidades; Mexclo; es una de ellas.
La mitología hopi dice: «La mujer araña tenía dos nietos que eran hermanos. Uno se fue al oeste, y el otro al este. El hermano del oeste, era el encargado de preservar la tierra y sus costumbres naturales, hasta la llegada del hermano del este, los hermanos del oeste, son los indios hopi, que están esperando al hermano del este, que será el encargado de decirle a la humanidad, que todos somos hermanos, que deben unirse.
El hermano del este tiene dos ayudantes, una es mujer y tiene una cruz svástica, el otro es hombre y lleva un sol. Si fracasa la misión, y no es escuchado por la humanidad. Comenzaría una guerra nuclear, que empezará en la india; país que recibió la primera sabiduría espiritual, abarcando además; África, Palestina, china, Egipto; y en la cual intervendría Estados Unidos, y sería destruido. Y solamente la reserva de los hopi se salvaría» Amén
Qöchongyoma se sentó junto a Mynongva y nada se le ocurrió decirle de la tabla que había llevado consigo para su última ceremonia.
Kachina Saquasohuh ? balbuceó sólo para sus labios mientras miraba la estrella azul del crepúsculo. Luego, se volvió a su hijo y ambos se sentaron sobre la dulce ondulación de la colina que los tallaba en su cresta, como una ofrenda a Wakan Tanka, Mynongva recibió la tabla del patriarca, pero no se atrevió a interrogarlo. Su padre moría en ese instante, estaba entregando los retazos de su espíritu y nada le pareció más justo y oportuno que silenciar su dolor y acallar cualquier pregunta.
Si la tabla provenía de Pala Tmaki, era uno más (o quizá el más importante) de los misterios que morirían con Qöchongyoma. El anciano sólo pudo curvar sus dedos sobre la tabla y rozándola en un lugar preciso volvió a decir ? ?Estrella Azul?
Nunca había sido un hombre de grandes discursos ni de precisas referencias a los orígenes del clan Patki entre los Hopi, por lo que quienes lo habían seguido, se refugiaron en el mismo hermetismo como muestra de absoluta sumisión y para delegar en el silencio lo que más duele de la memoria.
Aun así, todos sabían que padre e hijo habían subido a la colina para que Wakan Tanka recibiera al más viejo en el momento de entregar su vida y la tabla.
Todos igualmente aguardaban- sin lágrimas y sin palabras- ver que la hermosa talla de Mynongva se curvara de dolor ante el exánime cuerpecito de su padre.
El último viento del crepúsculo, sin demasiado esfuerzo, se llevó el alma de Qöchongma y con ella su origen sumergido en el misterio de lo que se oculta deliberadamente.
Las luces se quebraron en el horizonte y sin mirar a su padre, el joven indio comprendió que acababa de morir, por eso levantó ese sagrario de huesos roídos por los años y la sabiduría y exclamó el nombre del Creador: Wakan Tanka.
Con el sol se había ido y con Kachina Saquasohuh (la estrella Azul) se quedaba para siempre.
La tabla aguardaba a sus pies para comenzar a trepar por su espíritu hasta hacer de él un hombre sabio y sagrado entre los Hopi de Oraibi. Era el último año de lo que en Oriente se llamó siglo catorce. Cuando cruzamos el límite de la reserva Hopi, alcancé a leer desde el auto ?Esta entrando en la reserva Hopi. Su entrada implica que se encuentra bajo la jurisdicción de la tribu Hopi y de sus tribunales? . Un territorio de aproximadamente 10.000 Km2 comprendido parcialmente en los estados de Arizona, Nuevo México, Colorado y Utah, nos recibía con esas palabras que, sin ser descorteses, nos imponían una prudencia que pocas veces tenemos en cuenta los blancos respecto de culturas no occidentales u oficialmente reputadas como civilizaciones.
No conseguimos una sola mirada de los indígenas; con fastidio comprobé que cuando más pronunciaba mi insistencia en sus ojos, estos ya habían hallado cualquier otra dirección que no fuera el encuentro.
Traté de respirar profundamente para llenar mis pulmones de aire y misterio al mismo tiempo; también de coraje, porque en esos rostros tallados sobre piedra oscura y rugosa, presentía tanta molestia como interés había en mi- en nosotros- en comunicarse.
Eran los últimos días de marzo de 1997 y las últimas horas de luz de ese día, por eso cuando detuve el auto miré hacia el cielo tratando de ver la Estrella Azul, pero me avergoncé en el mismo momento de mi osadía, aún más, de mi ignorancia. Yo sólo sabía lo que había podido leer en algunas revistas especializadas y temía otras referencias personales que estaban sólo en condiciones de ser sometidas a verificaciones.
Entre ellos y yo, aún dentro de su territorio, se abría un océano de seis siglos y de historias paralelas y como tal irreconocibles en un punto de convergencia. Yo estaba forzando un encuentro, un diálogo, un conocimiento y en un momento pensé que si no fuera por lo que concebía una verdadera misión, nada tenía que hacer allí, entre esos cadáveres oscuros que se movían sin acusar mi presencia de ningún modo. David Monongye, el Kikmongiwi o último portador de la Tabla Sagrada me estaba esperando, eso era cierto, verdadero, por eso con Marisol y nuestra hijita Aldana habíamos viajado desde Argentina. Todo me justificaba y nada también.
La autopromesa de escribir todo lo que había ocurrido desde aquel lejano junio de 1979 en la pequeña ciudad de Pérez, se acercaba a ser cada vez una realidad verificada. Ya vería yo cómo me las iba a arreglar para que el mensaje llegase al mundo. Debo aclarar al lector que los hechos aquí consignados son reales sólo en parte, pero el contenido esencial es totalmente cierto. Mi vida no encontraría paz si no lo hiciese y la literatura me brinda el modo más mágico para ofrecer a la luz lo que injustamente yace en las sombras desde hace tantos siglos por obra de una historia de la que no deseo sentirme responsable si da la espalda a lo que otros hombres desearon e hicieron por la paz del mundo.
Está precisamente en el lector desentrañar de este texto el mensaje que viene desde lejos en el tiempo y el espacio: el simbolismo, la metáfora, las voces oníricas, los hechos silenciados en la prepotencia del conquistador de turno, todo se ensambla para que finalmente esa Tabla Sagrada llegue a todos ya sin importarnos su origen tanto como su destino.
Mientras descendía de la colina, el hijo de Qöchongma pensó exactamente lo mismo porque delante de sí veía extenderse ese mar de ojos brillantes en la noche que se encendían con el espíritu Hopi ante el dolor de la muerte y la esperanza de la revelación.
El flamante jefe danzó solo alrededor de la Tabla Sagrada hasta que nuevamente el sol volvió a interrumpir rojo y majestuoso en le horizonte. Wakan Tanka había respondido y la Estrella Azul se apagó en el cielo.
Solamente un pueblo materializado piensa en refugios. Los que tienen la paz en sus corazones poseen ya el mejor refugio de la vida. Aquellos que no participan en la división ideológica del mundo están preparados para comenzar la vida en otro mundo, uniendo a las razas negra, blanca, roja o amarilla. Son todos hermanos. La guerra estallará como un conflicto espiritual contra los medios materiales. Los intereses materiales serán sustituidos por otros espirituales que perdurarán para crear un nuevo mundo y un país con un solo poder: el del Creador.?
En junio de1979 estaba ocasionalmente en Pérez cuidando una casa de campo, si bien mi trabajo rutinario en ese momento era el de conductor de transporte urbano de pasajeros. Mi familia ya se había retirado a dormir, era una noche muy fría de aquel invierno, pero yo decidí no unirme a ellos porque sentía una extraña inquietud que me hubiese impedido conciliar el sueño
Hacía ya un tiempo había comenzado a frecuentar las reuniones de una Escuela Moral Y Filosófica, justamente en busca de la paz que necesitaba. Pero nada era suficiente, mi espíritu se debatía entre extrañas sensaciones que -intuía- tarde o temprano iban a desembocar en algún hecho o fenómeno del cual no conocía su naturaleza o sentido.
Un tropel de emociones comenzó a golpear desde mi ser más íntimo y profundo. El silencio establecido por la hora y el sueño de los demás, estaba a punto de quebrarse si no abría las compuertas de mis sensaciones mal contenidas en mí.
Sin ser un experto dibujante, ni un eximio escritor, sabía que sólo la representación gráfica y la narración iban a poder plasmar lo que me ocurría. Debía intentar ambas con más fe en mi claridad que en mi destreza.
Busqué con qué escribir y dibujar y ya frente al papel, ,e abandoné a lo que otros llaman inspiración y yo, más humildemente, acuerdo en llamar dictado.
Los trazos comenzaron a sucederse generando una danza sobre el papel, al tiempo que daban forma a un dibujo de características humanas. Era decididamente un ser humano, un niño de cabeza desproporcionada y??? grandes ojos rasgados, achinados, que presidían un rostro completado con diminutas orejas, nariz pequeña y respingada y una boca de brevísimos rasgos. Su cuerpo era estilizado, de importante y fino cuello, con brazos largos que remataban en manos pequeñas.
Casi inconsciente, dejé el dibujo y fui en busca de colores que había en las cartucheras de mis hijos. Cuando regresé, comencé a darle color a ese cuerpo y extrañamente lo pinté de negro, blanco y amarillo. Era algo así como una síntesis casi perfecta de las tres razas. Supe- se- que yo no había decidido nada, todo había transcurrido en mi sin más propósito que el de llevar a la forma concreta lo que había abstraído en algún momento.
Terminado el dibujo, me maravillé, lo admiré y decidí ponerle un nombre, pero antes, debía coordinar en una narración de la historia que lo erigía en protagonista de un hecho universal. Esa historia es la que motiva cada letra escrita aquí, esa narración es la que llevo conmigo como si el futuro la hubiese inoculado en mi espíritu con la exactitud que no pude- en aquel frío junio de 1979- dejar de escribirla. El nombre del personaje surgió de voces que se armonizaban en una sola para producir el sonido Mexclo ¿Era realmente así? Casi podría asegurarlo, pero no importaba demasiado la nominación cuanto sí la misión que cumplía en el mundo.
Al día siguiente y sin perder tiempo, me dirigí con el dibujo y la narración a la sede de la Escuela Moral y Filosófica Misión del Amor. Azorado, pedí hablar con el maestro para hacerle presente la causa de mi visita. En mi conversación me entero por el relato del maestro, que la misma noche anterior había convocado en la escuela a quienes pidieron precisamente por la unión de las razas. Todo me resultaba casi increíble pero no absurdo ya que las coincidencias eran demasiadas y ponían al hecho en la jerarquía de fenómeno. Hurgué dentro de mí y no podía comprender con exactitud lo ocurrido. Fuerzas, tal vez de carácter sobrenatural, confluían en mi para canalizar su mensaje.
También me sentí solo, absolutamente solo, con ese mensaje en mis manos y a expensas de una revelación que debía descifrar. Yo también como en Oraibi el joven Mynongva, bajaba de la colina con la Tabla de la profesia. Esto sucedía más de cinco siglos después y en otro lugar, pero la sensación era la misma, también la responsabilidad y el celo que debía imprimirle.
Compaginé la narración de Mexclo intercalándole los dibujos y mientras estaba terminando el diseño final, una gota de témpera blanca cayó sobre el fondo negro formando una suerte de antorcha sobre el papel. Reconozco que en ese momento me estremeció, luego supe por qué.
Así compuesto, entregué el original a la Sra. Madu Yess, Directora Espiritual que en ese momento visitaba Rosario después de 5 años y que reside habitualmente en Buenos Aires.
Mi vida iba a concluir en ese instante para volver a nacer sin que la muerte separase las dos existencias. Ya no sería más, nunca más Miguel Brandoni el que llegó hasta Pérez con su familia para cuidar una casa de campo, el conductor de colectivos, el hombre que lucha en la vida por vivir para procurar su felicidad y la de los seres queridos. No, alguien había querido cambiar esa existencia de modo irresistible que no puede sustraerme; por otro lado, no hubiese querido permanecer ajeno o indiferente a semejante convocatoria.
Miguel Brandoni, como aquel indio Hopi, había sido elegido y aún quedaba todo por hacer. Que el mensaje estuviese encarcelado en letras y dibujos como las profecías de la Tabla Sagrada no daba término a ningún destino, por el contrario, abría los surcos de un sendero desconocido, pero hacia una meta precisa. Una meta tan valiosa como la Paz en el Mundo, la unión de todos los hombres ¿quién se hubiese negado? ¿Quién no hubiese muerto para sí mismo negándose?
Supe al poco tiempo, que el 5 de marzo de aquel 1979, miles de habitantes de las islas Canarias habían observado en el cielo un fenómeno inusitado: un objeto extraño con forma de antorcha que fue fotografiado por Guillermo N. Lijtmaer
Lo vi en la foto, era igual a la mancha de témpera blanca.
Kalahari, Africa: Una nave con seres cuyas características eran similares a las de Mexclo, es capturada por fuerzas norteamericanas. En Rusia el pequeño Volodia Sartshev se contacta con extraterrestres. Al encuentro de Voronej le siguen otros que incluyen abducción de dos mujeres y una niña en Kiev.
También en Rusia, Veronej, el 27 de septiembre de 1989 un grupo de niños que jugaban en un plaza, toman contacto con dos seres extraños que provienen de una esfera roja. Uno es pequeño, semejante a un robot, el otro mide casi tres metros y por unos segundos hace desaparecer a uno de los niños; luego regresan a la esfera para partir velozmente, dejando una inobviable huella radioactiva en el lugar.
No puedo dejar de registrar estos hechos, todo ha cambiado en mi; aún mismo, en mi vida privada. Mexclo es alguien más que se ahiere a mi existencia desde su mítica gestación. Yo sé que él está, que existe más allá de los dibujos que intentan representarlo. Sé que no puedo probar nada, pero todo me convoca a reafirmar mis convicciones. Mexclo se ha filtrado en mi corazón como una necesidad de vida y mi mente como una necesidad de acción.
La prensa y las revistas especializadas siguen cercándome con sus informaciones. Algunas son muy vagas, quizá deliberadamente desdibujadas, otras como la Revista Año Cero de origen español, ofrecen un marco de mayor rigor científico. A partir de ellas tomo contacto con la enigmática Tabla de las profecías de los indios Hopi, cuya traducción es Paz. Las leo, su sabiduría me embelesa, su poesía me invade con un canto de sirenas.
Estos hombres- los Hopi-, aparentemente rústicos y hoscos, guardan verdaderas claves de la lectura histórica y del devenir de los tiempos. No hay dudas de que nuestra civilización violenta le ha dado la espalda a soluciones pacíficas para resolver los conflictos de la familia humana. Un espantoso mosaico de colores arbitrariamente jerarquizados desde el blanco al negro, preside los holocaustos, justifica todo atropello, sacraliza crímenes y masifica convicciones con su fuerza brutal.
Leo una de las profecías de los Hopi que reza textualmente: ? Cuando la estupidez haya alacanzado su cima, retornará una gran sabiduría que provendrá del Este. Si el hombre la escucha se producirá una transformación consciente y un renacimiento de la humanidad. Si no, llegará el final de la vida ?.
Observo el Oriente de la historia y no es difícil concluir en que las grandes voces han venido siempre desde allí. Las religiones por revelación divina y la sabiduría budista se enlazan en un nudo que sujeta filosófica y trascendentalmente un destino de Paz para la humanidad.
Aún así, no han sido eficaces en sus alcances porque la naturaleza íntima del hombre parece rechazar ese destino y urde en los pliegues de la historia las innumerables causas de más guerras y de mayores males.
Mexclo me observa con sus ojitos oblicuos y me indaga sobre esa prisión donde lo he dejado que creciese desde aquel junio de 1979. No podré explicarme jamás por qué llegó hasta mi ni qué pretende de este ser que me tocó ser. Por momentos me desaniman las escasas posibilidades de investigaciones más profundas y de llevar a la luz lo que siento que Mexclo me exige. Por otro lado, una fuerza indeclinable impide que me desaliente totalmente y conservo la fe en que de un modo u otro voy a ser capaz de infundir a este dibujo la vida que me reclama. Sé perfectamente la historia que debo narrar y también el método para hacerlo.
Mexclo es un niño, simplemente el niño, en el que todos pensamos en términos de futuro. ¿ Pero cuál?
La línea del futuro previsible se debilita en su proyección por las pocas fuerzas que le llegan del pasado. La línea del tiempo es una semirrecta de sangre, una herida abierta, un cauce de injusticias que fueron acumulando un material monstruoso y temible sobre el que caminamos todos los días hacia el futuro.
¿ Dónde vivirán los niños? ¿ Dónde pondré a Mexclo a salvo?
Su rostro de varios colores, como tantas razas existen, me interroga, me cerca, me exige que cuente su historia. Pero tal vez no entienda que no es simple, que la fe ha cedido paso a los logros inmediatos que a su vez generan otras ambiciones igualmente vacías y caras. Y él no es ni siquiera un niño, es un dibujo, un mensaje, un arquetipo, un símbolo, una metáfora, una historia que aún debe contarse, que debo contarla yo, porque él me la exige, porque yo la creo, para vivir en paz.
Haber nacido para enfrentar, para vivir la afrenta, para no vivir, pero haber nacido ya es todo un hecho, como ser niño en un mundo de maldad.
Haber nacido de hombres malos y ser buenos y no desear crecer es ser niños, para siempre niños para mejorar el mundo.
Poder perdurar como niños, era un desafío que ponía del otro lado al hombre, al abandono, al abuso, a la guerra. Y era enfrentar, todo eso y aún más, con las solas armas del amor inocente e inconsciente que a pesar del mal trato subsistía, resistente, incólume en la lucha en la que ocasionalmente encontraba la alianza de un anciano.
La vida y la muerte parecían la misma cara de cualquiera sobre el espejo, sólo la separación virtual que impone el tiempo entre vivos y muertos surcaba un abismo. Los vivos que viven para morir y los muertos que viven en una dimensión desconocida no deja de ser un umbral poco feliz de cualquier reflexión existencial, pero se vive así y aún peor cuando se es consciente de esto desde niño.
Ser niño y hombre a la vez es como existir en dos realidades a travéz de un mismo cuerpo: ser niño desde la ingenuidad y la ternura y ser hombre desde la debilidad y el destino obligado. Todo niño es consciente de su humanidad y en cada uno hay un recóndito temor a seguir incorporándose al mundo que le presentan y le cargan sobre las espaldas porque sí, porque para algo nació. ¿ Pero cómo? ¿ Cuál es el aprendizaje que se puede hacer en el aula de odio con maestros para nada ejemplares y en medio del dolor y el desconcierto?
La supervivencia suele entrar por el umbral de la rebelión y si bien no es pensable una revolución de niños ciegos cuando miran hacia el futuro, una historia puede ser pensada como pasada y deliberadamente convertida en silencio y también como una historia que puede ocurrir en cualquier momento del futuro.
Cuando de los abismos del tiempo, aún el más remoto, se desenvaina una historia verdadera, es siempre un acto nuevo, una noticia fresca. Cuando en el futuro germinan historias, las raíces están en el presente o en el pasado por lo que nuestros niños se revelarían ante la consciencia de ser hombres inexorablemente malos si su infancia es dolorosa hoy. Esta historia existe en algún lugar del tiempo y en mi que soy tiempo, circunstancia e historia acumulada en un niño.
Escribí, esta historia existe, por eso la estás leyendo y quizá vos también seas un protagonista más.
Uno de los que se reunieron en la vieja plaza Libertad.
Cualquier ciudad del mundo tiene una plaza que directa o indirectamente se llama Libertad. Es una expresión casi obligada de homenaje a lo que nos resulta más difícil conquistar para sí mismo y respetar en los demás.
Libertad es una plaza también, en el centro mismo del mundo que convocó Aquel Día a los Niños del Mundo. Todo debía ser hecho a espaldas de los mayores por lo que no debería haber movilizaciones en masa sino un encuentro por medio de niños, tres, representaban a los demás, a todos, un niño amarillo, uno blanco y una niña negra. Tres
colores que la historia se empeñaba en diferenciar a partir de teorías absurdas con respecto a la superioridad de una y a la inferioridad de otras.
En definitiva no eran más que colores, pigmentaciones, algo tan simple como útil; ser distinto, para crear, cimentar y justificar un pasado que avergüenza a la familia humana. Pero esta vez fue diferente, nada iba a poder detenerlos y el objetivo iba a cumplirse inexorablemente, como un rito obligado.
Niños que desaparecían sin que preguntase por ellos, había muchos, increíblemente cuantiosos en todos los países del mundo. No todos eran ni son encontrados, por la simple razón de que ni en todas las pérdidas o los extravíos se pone el mismo celo en encontrarlos.
Tres niños de distintas razas, se encontraron Aquel Día en la Vieja Paza Libertad.
Aún así antes debieron abandonar su lugar de origen sin más auxilio que la firme voluntad de llegar en tiempo a destino.
Las vicisitudes fueron tantas como las que impone un enorme planeta para pequeños seres. El niño, si bien de inteligencia ágil y de rica imaginación, jamás fue tomado en cuenta como un ser completo, como alguien totalmente capaz. El mundo gira por el momento, como gira, con la pervertida imaginación de los adultos y con su completa capacidad para generar daño y dolor. Nada de lo que deseoso exprese un niño será tomado en cuenta porque la pureza pone siempre en crisis a la deshonestidad.
Por eso mismo, llegar al punto fijado significó ante todo no sólo un desafío de fuerzas sino un triunfo de la voluntad para objetivos superiores.
Consideramos que estos tres niños debieron supera los escollos de trasladarse siempre clandestinamente por geografía diversas, entre pueblos diferentes y a través de distancias desproporcionadas a sus fuerzas. Pero, lo lograron. Y esta historia da fe de que estuvieron Aquel Día en la Plaza Libertad.
El punto y movimiento del encuentro fue sencillamente sublime porque el reconocimiento recíproco que surgió espontáneamente de ells puso su énfasis en un abrazo que los estrechó sin más palabras.
En ese mismo instante todos los niños del mundo sabían lo que estaba ocurriendo en la vieja plaza.
El lugar no tenía en particular signos distintivos de mayor relieve, sólo que de modo inusual, los pájaros no eran huidizos ni temerosos de la presencia de los niños. Bien podría decirse que ellos participaban en forma decidida y alegre de aquel encuentro acompañándolo con sus vuelos y sus trinos como si fueran un elemento más de la arquitectura de la plaza.
?Cantemos, cantemos
esta canción de Amor
aquí estamos unidos
por nuestro Corazón.
Sólo sabemos esto
Jugar y amar
Porque para amarnos
Nos creó el Señor.
Amémonos, entonces
Hasta más no poder.
Vengan todos los niños
Todos, de cualquier edad
Y unamos las fuerzas
Del sol interior
Cantemos, cantemos
Esta canción de Amor
Vengan todos los niños
Todos, de cualquier color.
Sólo sabemos
Jugar y amar
Y que los hombres malos
Ya no lo sean más.
Vengan todos los niños
Todos, de cualquier edad. ?
Esta canción comenzó a hacerlos girar en ronda presos de un frenesí de alegría por el logro del encuentro. El día, sus circunstancias, la llegada y el abrazo, parecían enlazarlos sin opción a que terminase el canto y la felicidad que los embargaba. Pero todo iba a cambiar de repente y ante el asombro de los niños. Una sombra desde lo alto, como si se produjese un eclipse, comenzó a cubrir la superficie de la plaza y los ojos embelesados de los niños. También los pájaros dejaron de cantar cuando lo hicieron los niños y el silencio más absoluto cundió en el lugar. La canción que parecía una cadena inextinguible de versos que se enlazaban a travéz de la algarabía, quedó trunca, se estrelló contra la sombra y desapareció en las bocas tensas de los niños. Fue entonces que a la sombra le siguió una luz blanca, intensa, casi como una sólida columna luminosa por la que descendía una voz que con inflexión paternal dijo:
18 de enero de 2008-He oído sus ruegos y he visto sus angustias, pero mis Angeles están siempre asistiéndolos. De todos modos, se ha llegado al fin de sus padecimientos y el orden deberá reinar en esta casa
-luego agregó de modo inconfundible, con voz más grave y expresión firme:
-Dentro de exactamente cuatro años, en el último día de mayo, nacerá quién va a traer al mundo la unión de todas las razas.-
Dicho esto, la luz blanca comenzó a teñirse de todos los colores al tiempo que un agudo silbido y una brisa muy suave remataban el fin del mensaje. En pocos instantes todo se disolvió en el aire y la luminosidad normal regresó a la plaza.
La emoción y la conmoción habían atrapado a los niños que permanecían tomados de las manos, estrechándoselas hasta enrojecerlas; los rostros hacia arriba boquiabiertos, estupefactos.
Eran conscientes de haber presenciado un fenómeno que los marcaría para siempre con la presencia concreta de lo sobrenatural.
El desconcierto se mezclaba con la íntima felicidad de haber estado en presencia de Dios ¿ Quién sino era capaz de escuchar súplicas? ¿Quién podría conceder Gracias? ¿Y quién estaba, si no Dios, en canciones de predecir el devenir de los tiempos con tanta exactitud?
Otra vez como el autor en su momento y como el joven indio Hopi Mynongva en su momento, llegaba a seres humanos un mensaje que insistía en la unidad y la paz entre los hombres.
Otra vez, quién recibía el mensaje quedaba en una extraña situación de desconcierto ante la nitidez de un mensaje que debía verificarse, sí, pero no se sabía cómo.
Los tres niños se separaron para regresar a sus lugares de origen, llevaban consigo el mensaje de quien sólo Dios era autor y responsable. Ellos crecerían pero llevarían siempre en sus almas el impacto que habían recibido. Ahora les tocaba ir de regreso con lo que habían recibido como profecía. Quizá deberían ser los que vuelven después de ver la luz en el ámbito de la alegoría de las cavernas de Platón y quizá hasta podrían correr la misma suerte. Aún adultos, cuando lo fueran, deberían conservar el alma de niño, la de esos niños que tuvieron un contacto directo con el Señor de la Historia. Nada iba a ser no a resultarles como si todo hubiese quedado en ese encuentro feliz en la vieja plaza donde cantaron al amor. Había una fecha, un acontecimiento que esperar: el último día de mayo dentro de cuatro años.
Pero el camino elegido por Dios, parecía – como siempre ? desconcertar aún más a medida que transcurría el tiempo hacia la fecha prefijada.
Lejos de preparar un camino de soluciones, todo parecía contradecir cualquier final feliz porque las desgracias de todo tipo se cernieron sobre el mundo provocando cada vez más dolor y desazón.
No sólo se asistía a cataclismos, terremotos, inundaciones devastadoras, ciclones, huracanes y tornados arrasadores, a esto se unían la paz y el desequilibrio totalmente quebrados entre los hombres.
El monstruo de la violencia en todas sus formas reinaba en el corazón de la humanidad y la destrucción centuplicaba sus lenguajes desvastadores para reafirmar su elocuencia y su poder.
Guerras y matanzas habían impuesto su poder omnímodo y el pánico general impedía que se superase el miedo como clima y atmósfera cotidianos. Esto mismo replegaba el espíritu de la gente común y pronto
se vieron presa de egoísmos y mezquindades que generaban el miedo a vivir. Quizá el infierno, su rey y su corte, se habían encaramado en un mundo que se desvanecía en la ciénaga del dolor y del debilitamiento espiritual.
Irónicamente y sin ninguna justicia se dio a conocer como ?fenómeno de EL niño? uno de los mayores perjuicios climáticos causados. Todos toleraron y hasta bromeaban sobre el nombre tan poco apropiado para traducir calamidades extraordinarias.
El último día de mayo, a cuatro años de la extraña aparición a los niños, y a pocos metros de la Plaza Libertad en un centro de neonatología nacía un ser muy singular. El parto había sido asistido por una ininterrumpida luz blanca que llegaba de todas partes por donde pudiera filtrarse. Eso denotó aún más las particularidades se su piel. El cuerpo, si bien de proporciones y formas normales, dejaba ver tres colores definidos: negro, amarillo y blanco, repartidos en forma caprichosa, como si se tratase de la paleta de un pintor.
Sin dudas, el pintor existía y había hecho lo suyo, aquel último día de mayo.
Tanto el obstetra como sus asistentes, recibieron en medio de un doloroso desconcierto a la criatura. Aún así, su presentación a los padres era obligada y sin reparar más, tomaron al niño y lo depositaron en brazos de su madre.
El rostro de la mujer quedó si expresión, como si se hubiese súbitamente paralizado. Los ojos y la boca casi desorbitados en un momento de asombro, se cerraron pronto en el silencio y la oscuridad donde se refugian los grandes dolores humanos.
El niño presenciaba ? sin participar ? la profunda tristeza que abría en sus padres una herida profunda. Pero su ser acabado, su conciencia plena de vida, parecían clamar por una felicidad que no percibía en el entorno.
Las miradas se encontraban huidizas en el cuerpo polícromo del recién nacido y más allá de interrogantes de tipo científico, una densa pesadumbre ganaba el ánimo de todos.
¿Qué sería de ese niño? ¿Quién sería el que sin razón alguna venía a la vida estigmatizado de ese modo? Seguramente algún espíritu proclive a especulaciones esotéricas, hasta habría pensado que acababa de nacer una suerte de ángel encarnado. También creo que todos esos pensamientos atravesaron la mente y el corazón de los que estaban allí, hiriéndolos de alguna manera. Pero la primera en sustraerse a mayores abstracciones fue la madre. Llevó con fuerza y con ternura ese cuerpecito desvalido contra el suyo y como volviéndolo a poner en su carne, lo abrazó con el simple y siempre conmovedor amor de una madre. Ella disolvía de ese modo cualquier otra cuestión que fuera un obstáculo entre madre e hijo. No era el momento de otras consideraciones que no fueran el amor y la felicidad de sentir su propia vida en otro ser. Así llegó realmente Mexclo al mundo, de modo muy diferente a como surgió aquella noche en mi imaginación. Su vida tenía origen en una pareja humana como cualquiera, pero esto lo supe después y justifica este texto que me dispuse a escribir, moralmente obligado.
Mey ? así lo llamaron familiarmente -, ingresó a los pocos días a la casa de sus padres que era nada menos que una opulenta residencia urbana rodeada de jardines. Así y todo, no sería por mucho tiempo, ni más ni menos que una jaula de lujo, una cárcel dorada donde el pequeño fue recluído para apartarlo de la malsana curiosidad de la gente.
Todos pensaron que había nacido un niño con graves atrofias y retrasos ya que el silencio más impenetrable sucedió a su ingreso a la casa paterna. Si bien nadie ignoraba que Mey existía, un muro de hiriente piedad detuvo a los que se preguntaban cómo sería el niño y así fue que las versiones sobre sus supuestas malformaciones fueron tantas que todas, sin excepción, dejaron de ser creíbles.
Los padres de Mey llegaron a enterarse sólo de algunas maledicencias, pero no parecieron preocuparse por los comentarios ya que sólo ellos
sabían que más allá de su piel tan particular y una inteligencia que se manifestaba deslumbrante, nada había en Mey que pudiera ser considerado anormal.
Pero como sucede ante los hechos que debemos asumir y que nos resultan de difícil aceptación, Mey se vio recluído en la planta alta de su casa, sofocado por el amor excesivamente celoso y prejuicioso de sus padres. Era el ambiente más propicio también para que deseara la libertad.
Vivía rodeado por un mundo que tenía vedado. Por debajo se abría generoso, colorido, fascinante en sus formas, el jardín de la casa, pero era como otro cielo, no lo conoció en sus primeros años ya que no se le permitía bajar.
Su mirada se extendía ansiosa y ávida sobre el orbe verde con matices de todos los colores, flores, árboles, estanques poblaban ese mundo prohibido que se desplegaba a sus pies sin que llegara a tocarlo. Sólo cuando Mey cumplió siete años, sus padres le permitieron bajar por primera vez al jardín.
Para el niño fue como dar sus pasos por un mundo nuevo.
Aún más, por un mundo que era doblemente ansiado porque no sólo tenía conciencia plena de su existencia sino que conocía ? distancias de por medio- hasta sus mínimos detalles.
Posiblemente, y por primera vez, sintió el golpe de la emoción más fuerte desde que era consciente de la vida. Al contacto con aquellas formas de vida redimensionó, quizá exageradamente, su asombro. Los árboles y la hierba, las flores y los insectos con la majestad de su sencillez se ubicaban ostensiblemente en un mundo propio, donde su sola presencia era vital y soberana.
Todo eso era extraño y deslumbrante para un niño cuya existencia llevaba las marcas de una ignominia injusta, de una vergüenza inmerecida y de la que nadie había podido redimirlo sino que por el contrario, los que decían amarlo, se lo habían hecho sentir apartándolo del mundo.
El estanque con los peces se le apareció como una constelación acuática que él podía regir a partir de las migajas de pan que arrojaba al
agua y el vuelo de pájaros y mariposas lo embelesaron de modo tal por su cercanía a ese mundo que hasta pudo pensar que también ellos, como las flores y las plantas pertenecían de modo estable al jardín.
Su primera libertad conquistada sin oposición fue descalzarse, tomar contacto con esa alfombra cosquillante y fresca del césped. Luego, desde las palmas de las manos, descubrió la piel rugosa de los jacarandáes y lejos de sentir algún rechazo por su aspereza, probó una sensación placentera en contacto con los troncos que se levantaban como torreones y guardianes de esa plenitud de vida.
Aún cuando simples, sus conclusiones fueron inteligentes al desembocar unívocamente en la perfección de una mente suprema en belleza y potencia para crear todo eso.
Mey sintió por primera vez el Amor en medio de su jardín, aquella mañana cuando con ya siete años pudo tocar con sus manos la realidad de esa belleza. Pero no fue consciente de que otra realidad se filtraba por su ser silenciosamente, era la pasión por la vida que de un modo muy extraño y singular lo había signado desde su nacimiento. Esa pasión que permanece más allá del deslumbramiento y que lejos de debilitarse, es una llama atizada por el viento, un alud que arrasa y en minutos cambia la fisonomía y la situación de un paisaje que por mucho tiempo había permanecido inalterable.
Cuando desde la casa su madre se asomó para llamarlo, Mey sintió que un sueño muy profundo lo dominaba y no opuso resistencia al regreso. Debía dormir y reponer fuerzas. Debía entregar al sueño el producto de sus emociones y vivirlas de nuevo, mágica y libremente.
Desde la profundidad del sueño, un anciano comenzó a hablar a Mey. Su presencia colmaba la atmósfera onírica de una paz muy especial y la voz fluía clara, firme en sus inflexiones.
-Mexclo, no temas tus propósitos, vas a triunfar porque sos muy bueno y Dios te acompaña especialmente, está junto a vos. Por eso, no temas y seguí siempre adelante.-
Una luz nívea envolvió todo el recinto y sus destellos comenzaron a cubrirlo con reflejos de todos los colores, como si un inusitado arco iris se cerniese en el lugar a través del cual un coro de ángeles dorados, empezó a corporizarse embebidos de luz fulgurante. De entre ellos, surgió una voz que se preanunció con destellos policromos hasta convertir la habitación en una caja de luces vivas y mutables, entonces la voz dijo:
-Viniste a la tierra para traer la unidad entre las razas.
Muchos crímenes se cometen por las diferencias aparentes entre los hombres porque no se toma en cuenta el alma. Tu misión no es simple Mexclo- prosiguió la voz -: por vos, los hombres deberán comprender el verdadero significado de la Unidad entre los pueblos y esto ya fue revelado a otros hombres y escrito en viejas tablas. Quienes no acaten este mensaje, serán destruídos.
Sus propias mentes serán los mecanismos de autodestrucción y sus almas serán muy débiles para salvarse ese último día. No lo olvides Mexclo, esta es tu misión en la tierra.-
Dicho esto, las luces comenzaron a reabsorberse y en ella los ángeles se plegaron como si fuesen cuerpos de contextura sólo luminosa.
El niño despertó sobresaltado y corriendo hacia la ventana, vio que unas luces se fundían en la noche hasta apagarse totalmente.
Sólo atinó a decir, aún muy confundido:
-Entonces, no fue un sueño.-
Su estado de excitación y temor a lo desconocido no lo privó de experimentar una profunda alegría que venía de su ser más íntimo. Podía recordar perfectamente el sueño del que ya en ese momento dudaba que hubiese sido tal, sino más bien un episodio real aunque extraño, sobrenatural, extraordinario totalmente.
También sintió que debía agradecer la experiencia.
Seguramente nadie o muy pocos, habrán sido los elegidos para vivir de ese modo tan intenso y hermoso la comunicación de un mensaje. De todos modos, se habrían ante él la necesidad y la obligación de transmitir la advertencia y, a juzgar por las posibilidades que le brindaban su edad y condición de niño, carecía en el momento de una idea que pudiese
desarrollar en la acción ¿Cómo llevar ese mensaje a todos los hombres? ¿Por qué él? En Oraibi, seis siglos atrás, el hermoso indio Hopi se había preguntado lo mismo con la Tabla entregada por su padre, cuando además, entregó su vida al ocaso sobre el monte.
Quizá el tiempo no había transcurrido y Mexclo fuera la reiteración de una nueva posibilidad de salvación que Dios no se cansaba de exigir en su exhortación sustancial. Mexclo llevaba ahora grabado en su alma el mismo mensaje que Mynongva en las Tablas de las Profecías Hopi con la diferencia que de él se pretendía una misión activa, de algún modo revolucionaria y esa necesidad de comunicar el espíritu de la advertencia recibida, me encontró en aquella fría noche de invierno de 1979, cuando estaba en Pérez, con mi familia, cuidando una casa.
El padre de Mey, se decidió a hablar con el docente que a diario concurría a su casa para la educación del niño.
Las particularidades que caracterizaban a Mey como ?un chico diferente? , habían inducido a sus padres, dentro del plan general de aislamiento impuesto, a procurarle una cuidada instrucción con un docente privado y domiciliario al que, con el correr del tiempo y dada la evolución intelectual prevista, se le habrían sumado otros profesores.
De algún modo (de todos modos) Mexclo era la metáfora más acabada de la segregación, pero irónicamente impuesta por quienes estaban convencidos de actuar así por amor. Pero se trataba de un amor en exceso autoritario que despóticamente aislaba al niño del mundo al que ?como todos- pertenecía.
Advertido de la presencia en la casa del maestro de Mey, el padre pidió hablar con él antes de que comenzara la clase del día.
-Disculpe que lo interrumpa, profesor, pero necesitaría hablarle ? dijo él hombre invitando a tomar asiento a su interlocutor. Luego prosiguió en un tono de voz que comenzó algo opaco y con titubeos iniciales.
-…Es que estoy muy preocupado por Mey… ?bajó la cabeza, hizo un profundo silencio como para organizar su discurso y luego volvió su mirada al maestro para decirle:
-Habla solo ¿entiende? Lo escuché hablar solo en su cuarto y no sé qué hacer… Dice, cuando lo interrogamos con mi esposa, que vino a la tierra para unir a las razas, para traer un mensaje de unión entre los hombres… Entiéndame, él ya es un chico diferente y yo… no sé, no sé si con Ud. Habla lo mismo… posiblemente deba hacerlo ver por un especialista…-
En ese punto de la alocución, el maestro se decidió a interrumpirla porque percibió nítidamente la preocupación que pesaba sobre ese hombre.
-Mire, no debe olvidar que a pesar de que como Ud. Dice ?es un chico diferente? , Mey es un chico y como todos, dado a las fantasías, al vuelo imaginativo y quién sabe si en esos despliegues tan normales de la imaginación, mas alguna lectura que haya hecho por ahí o algo que ha ya visto y oído, no crea- como niño que es- tener contactos extrasensoriales y hasta con seres extraterrestres- terminó diciendo el maestro en una pretendida enumeración de fantasías posibles de naturaleza pueril.- Luego agregó:
-No creo, discúlpeme, que sea para preocuparse.-
-Sí, sí ?repuso el padre- yo también de chico fantaseaba e imaginaba cosas. Pero lo de Mey es diferente, suena a divagaciones por momentos, y por momentos, no: se torna ? aunque fabuloso- un discurso coherente e impropio de su edad por la madurez. Imagínese que hacerse cargo y tener conciencia de los conflictos raciales a los siete años, no es común.-
-No, por supuesto ?aseveró el maestro.
-Aún más ?prosiguió el padre- estuve investigando por mi cuenta, pero no encontré nada que pudiera informarme.-
Dicho esto, se sumió en el silencio y con la mirada apuntando a un lugar fijo, cualquiera. Todo denotaba en él un cúmulo de abstracciones anárquicas y contradictorias que lo ponían a merced de lo más temible para decidir: el miedo y la ignorancia.
El maestro observó respetando el silencio, hasta que se decidió a quebrarlo después de no pocas vacilaciones.
-Mire… yo pienso que también lo más creíble puede ocurrirnos, aún cuando no creamos que va a sucedernos.
Vivimos en tiempos, diría, muy extraños, con muchos fenómenos que se producen sin causas lógicas aparentes. Hay grandes cataclismos, males universales, enfermedades incontrolables que aparecen y diezman poblaciones enteras…no sé, Ud. Lo sabe como yo, porque vivimos en la misma realidad. Hay hasta profecías que anuncian estos tiempos tan extraños ¿Por qué creer en todo eso porque lo verificamos y no creer que podemos formar parte de ese cambio, pero como protagonistas, como colaboradores? ?
-Sí, pero…-
-Déjeme terminar, por favor ? interrumpió el maestro ? yo sé que Ud. Es muy creyente ¿no? Bueno Ud. Mismo nunca se preguntó por qué Mey nació así? ¿No cree que en él de alguna manera hay un mensaje implícito de Dios ya que la ciencia no encuentra explicación lógica? ?
-En verdad… bueno, mi esposa supone algo así ? admitió el padre de Mey.
-Bueno, pero lo fundamental en esto no es pensar, entender, sino aceptarlo como tal para trabajar a partir de una realidad aceptada. Si Ud. Cree en Dios, cree en su Amor Infinito y su Perfección, tiene que dejar que Él cumpla su voluntad.-
Cuando el maestro estaba terminando de expresarse, la presencia de la madre del niño irrumpió en el diálogo. La mujer preguntó entonces:
-¿Ud. Cree, profesor que somos hijos de Dios y que Él nos crea libres?-
-Sí, así lo creo ? afirmó el hombre ? pero creo que a pesar de crearnos libres es un gran error interferir en su voluntad.
Mire, prosiguió:
-El mundo, este mundo, le pertenece a Mey tanto como a Ud, a mí y a todos y tiene el derecho de desarrollarse en él como cualquiera. Si él está llamado a cumplir un rol histórico en la humanidad, es imposible obstruir su camino y por otro lado si esa es la voluntad de Dios, hay que aceptarla y creer en ella, creer fervorosamente en que El sólo desea lo mejor, lo más bueno y justo para cada uno de nosotros. Creer significa confiar ciegamente y recuerde aquello tan hermoso que dijo Jesús ?felices los que creen sin ver?.-
Al terminar de hablar, el maestro se sintió como sorprendido de su propio discurso. Si bien creía en cada cosa que había dicho, no imaginó poder expresarse así tan elocuentemente sobre el tema que ? convengamos- no es corriente. Aún así, la mujer agregó:
-¿Pero por qué, Mey? ¿Por qué él?-
-Porque los odios, la destrucción, el desamor, muchas veces convocan a seres elegidos para reconducir a la humanidad, por ejemplo, por qué no, personas como Mey, distintos, pero no por la rara pigmentación de su piel- que es todo un signo- sino por la sensibilidad y el coraje del que fueron dotados- respondió el maestro.
El padre de Mey había guardado silencio para prestar especial atención a las explicaciones de este hombre en el que jamás había reparado demasiado, pero que a través de su palabra y de su fe, se le revelaba brillante. Y saliendo de su asombro dijo:
-Ya entiendo, Mey es sólo un niño y su verdadera diferencia con los demás es la misión que supuestamente Dios le encomendó y de la que está tomando conciencia recién ahora.
Mi esposa y yo somos personas de fe y vamos a apoyar a nuestro hijo.-
-Es su deber ? acotó el maestro ? pero aunque Mey no tuviese designios extraordinarios; porque nadie puede dar cuenta de eso, por lo menos que conserve el derecho de vivir en plenitud en este mundo donde nació. Y más aún si debe ser de algún modo un modificador de la historia; apartándolo como lo apartan del mundo, es un modo de obstaculizar un trayecto brillante. Perdóneme, Uds. Son los padres, pero creo que en este caso se equivocan. Mey debe ingresar al mundo, a la vida, es lo primero que deben hacer para que no sea más un chico diferente, un niño aislado, una especie de sonámbulo.-
Dicho esto, el maestro se retiró dejando solos a los padres de Mey. Había volcado todo cuanto conservaba en él desde el momento en que aceptó ser el docente de ese muchachito triste y soñador al que se lo había sustraído de la vida sin ningún derecho y por miedo y prejuicio. Esas marcas se insinuaban acentuadamente en el niño mucho más que los colores de su piel.
Finalmente, y quizá por la brillante intervención del maestro, Mey fue inscripto en una escuela de la ciudad, en la clase que correspondía a su edad.
Su ingreso al mundo real y concreto de la infancia fue un éxito absoluto. Lejos de lo previsto y temido por los padres, el niño sólo recibió cariño y total aceptación de sus pares. Estos, si bien en un primer momento se sintieron impactados por las diferencias físicas con Mey, pronto superaron el momento de asombro para abordar juntos el continente de los juegos y la magia que sólo existen en la infancia.
En la casa, nada había cambiado sino una actitud más abierta de sus padres quienes, al comprobar que la inserción de Mey en el grupo de niños era positiva, no obstaculizaron ninguna actividad que favoreciese su proceso de sociabilización.
De todos modos, el maestro siguió concurriendo en su calidad de tal a la casa del niño y también como amigo personal de su familia.
Era evidente, notorio: Mey poseía una inteligencia sensiblemente superior a su edad cronológica y esto fue un terreno fértil que no podía ser despreciado de ningún modo. Por otro lado, la vocación revelada en el niño de prepararse para su rol en la historia era un punto fuera de discusión.
Al respecto, sólo Mey era un absoluto convencido de su destino. Sus padres, íntimamente conservaban la esperanza de que ? el mundo ? terminase por atrapar a su hijo y que éste finalmente desistiese de cualquier camino que lo apartase de los normales parámetros de evolución en la vida previstos para cualquier ser humano.
Por otro lado, el maestro seguía nutriendo esa mente ávida de conocimientos con más interés en sus logros pedagógicos que énfasis puesto en la formación de un líder. En realidad, utilizaba la firme convicción de Mey con respecto a su destino para volcar en el niño una instrucción brillante, un producto de su esmero docente, realmente impecable. Aún así, todo esto no impidió que el contacto diario, las largas lecturas y los diálogos que mantenían al respecto, fuesen el punto de partida más sólido para que naciese entre ambos una amistad entrañable. En esta relación de afecto fue donde el maestro comenzó a percibir con
mayor claridad que su discípulo no fantaseaba con respecto al rol que debía cumplir en la historia. La afectividad de Mey era un vastísimo campo donde florecían nítidas ideas inspiradas en la solidaridad, en la justicia, y la lucha por el alto ideal de la paz del mundo. Por momentos Mey hablaba verdaderamente como un inspirado, un elegido y se hacía difícil ver en él un interlocutor de tan corta edad. Pero nada de esto se oponía al desarrollo paralelo del niño en relación al mundo sensible y sus juegos infantiles que se cumplían como un rito obligado y natural sea con sus compañeros y amigos, sea en el jardín de su casa donde transcurría mucho tiempo descubriendo casi lúdicamente los secretos de la naturaleza.
Cuando Mey cumplió 12 años supo que había llegado el momento de partir. Esto significaba no sólo ingresar a la experiencia para la que intelectual e íntimamente se había preparado, también el desprendimiento de sus afectos. ¿Cómo lo haría? Por otro lado no estaba seguro de poder afrontar despedidas que conllevasen ese trayecto doloroso de la separaci
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18 de enero de 2008Depósito caja de ahorro número: 30 14 04 /08
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Banco de Córdoba Argentina
Código Postal 5014 Cordoba, Argentina
sisis sin supermegaultrasupercalifragilisticosmegasuperultas coños mas importeixons del mundo mundial entero pero no entero solo asta el coño sino que entero asta los pies del mundo mundial enterisisissisisisissisimo..
buenos xicos y xicas y niños y niñas y bebes y bebas… y porsupuestisimamente +yo soy la mas mejor del mundo mundial enterisimo!
ah si y se me olvidava una ultima ultimilla cosa alla va mi supermega ultra supermega frase » porqu yo lo valgo pantenpro V pasion por un pelo sano» jajajajajajajajjajaajajajaja soi la luxe lexuza xD!!
bueno pos por donde iba ace unossegundos segundillos……
pos eso que me canso de escribir y pos eso k me voy
ARRIOS genteee del mundo0 no e os kiere solo me kiero yoo ah y porke io lo valgo
y aora si k me voy dew
besis!!
3 de abril de 2008Coño, otra vez igual y ahora no es por lo de atocha
24 de mayo de 2008Mariano Rajoy 23 marza 2008
hola
25 de mayo de 2008«… entren to’ coño!!! Ramon Alburquerque, actual Presidente del PRD, Republica Dominicana. En un lio que se armo frente a una oficina del estado.
6 de junio de 2008SE SIENTEN .COÑO.
18 de octubre de 2008vayanse todos para el COÑO!!!
31 de octubre de 2008» QUE COÑO DE FRIO AQUI ARRIBA» GENERAL JOSE D SAN MARTIN CRUZANDO LA CORDILLERA DE LOS ANDES…
25 de noviembre de 2008Un imbécil liga una prostituta callejera y resulta que es un travesti y solo se percata de su error después de comerla/e los pechos operados, falsos.
Y aquí viene otro «coño» para la colección:
Maricón, ¿qué coño es esto que tienes entre las piernas?
Sorpresas te da la vida!!
6 de diciembre de 2008Parece mas algo comico . Aunque muy ingenioso .
6 de diciembre de 2008Me llamo la atencion .
comeme el chochito
9 de diciembre de 2008Que vagos son ustedes coño, es que no tienen nada que hacer ?
29 de diciembre de 2008hola que andas aciendo
18 de enero de 2009hola que andas aciendo
18 de enero de 2009QUE SE SIENTEN, COÑO
23 de febrero de 2009Ay coño coño coño, duele coño ay ay ay coño, me duele coño, ay ay ay coño coño duele coño coño dale coño dale dale dale coño coño coño ayyyyy cooooño dale dale dale ay ay ay coño ah ah coño ah rico papi coño…
23 de marzo de 2009Esto… pegate dos tiros, mejor no… PEGATE TRES
8 de abril de 2009jajaja la mierda seca si alguien tiene coño riko ke me lo de para chiparlo adios
16 de junio de 2009Ustedes coño si escriben mierda¡
4 de agosto de 2009QUIERO FOLLAR COÑO QUE ALGUIEN ME META EL TOLETE POR EL ORTO
25 de marzo de 2010tiburcio… mejor estudia algo y consigue trabajo… con tu capacidad mental podrias barres calles… (coño coño… eso que??)
2 de julio de 2010Queines coño son estos vagos hijuep….!!
5 de agosto de 2010Aja y Maz o Menoz :$ Zon Mongolikoz o Kee Coño?
17 de diciembre de 2010hola
9 de enero de 2011Para coño coño el de mi madre que siempre me dice:
-Aver, hija mía, porque coño siempre suspendes?
Y yo le contesto:
-Porque tu siempre me estas dando el coñazoo!
(Es un chiste muy malo, ya lo se…) xD
14 de febrero de 2011