[su_wiloke_sc_company_website]
Normalmente utilizamos el bolígrafo para escribir, en mi caso no muy bien por cierto, pues tengo una letra horrible, pero un sencillo bolígrafo se convierte en un pincel extraordinario en las manos de un artista. No creo que los dibujos sean tan buenos por la marca que utiliza (Bic), me temo que es por la gran destreza del artística Juan Francisco Casas que plasma sus dibujos de escenas cotidianas con fidelidad fotográfica, únicamente con un bolígrafo azul y una hoja de papel.
Lo he leído en El País en donde se puede ver algunas de sus creaciones. Sus ilustraciones son hojas de papel que muestran escenas festivas protagonizadas por un grupo de jóvenes que disfrutan su alegría.
Toda su figura está perfilada por cientos de rayas de un color azul eléctrico, el de la tinta de los bolis Bic con los que Juan Francisco Casas ha dibujado una veintena de retratos hiperrealistas, que resultan impresionantes por el resultado conseguido, pues utiliza un medio (el bolígrafo), que no fue pensado para esa labor.
Se exponen hasta el 2 de febrero en la galería Fernando Pradilla (Claudio Coello, 20), se titulada Bare(ly) there, la muestra también expone piezas al óleo, con una temática similar, pero son estas minuciosas estampas a tinta las que más llaman la atención.
«Son escenas domésticas que capto con una cámara digital«, explica Casas, capta esos momentos en los que él y sus amigos lo pasan bien y luego copia las instantáneas. Todas las imágenes remiten a una intimidad que Casas revela en breves flases.
Tiene dibujos de pequeño formato (50 por 20 centímetros), y grandes (80 por 100 centímetros). Estos últimos, dado su tamaño, tiene que pintarlos de pie. Se muestran ahora por primera vez y son una prueba de lo difícil que es hacerlos. «Tengo que pintarlos con mucho cuidado porque al poner el boli en posición horizontal la tinta se va hacia atrás y la punta se seca«, señala Casas.
Dibuja trazo a trazo. Línea a línea. Durante horas. Con minuciosidad y mucha, mucha atención. El mínimo error echa a perder el trabajo de semanas y vuelta a empezar. Uno se puede hacer una idea de las horas de trazos que requiere cada una de sus obras.
Como dato curioso menciona que ha llamado a Bic, el gigante de los bolígrafos al que compra «cajas y cajas» de unidades. Pero la empresa no parece interesada en patrocinarle (ellos se lo pierden). Él, sin embargo, seguirá agotando boli tras boli. Su arte depende de ello.
Blogger invitado: Toni (Cosas Sencillas).