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Un niño y su primer paso en la Luna

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[su_wiloke_sc_company_website]Es uno de los artículos que más visitas y respuestas a tenido (van ya por 283). Hace años aparecieron una serie de pruebas que intentaban decirnos que la llegada del hombre a la Luna es falsa. Banderas, sombras, estrellas y un sin fin de explicaciones más.

El artículo que publiqué explicaba precisamente que esas «pruebas» son erróneas y explicaba el por qué de cada una de ellas, volviendo a deducir que el aterrizaje fue cierto. Bueno, como hay dos bandos claros en el mundo, ha tenido muchos comentarios, muchísimos, pero uno de ellos me ha llegado al corazón, el último publicado, que lo recojo y lo convierto en artículo porque es muy bonita la forma en que se ha escrito (se tenga o no razón en el alunizaje como tal). Ahí va…

Hola, me llamo Marcelo y soy de Argentina.

Yo sé que a Eduardo no le va a gustar este post. Y razón no le falta. No está escrito desde la razón, ni desde el cerebro ni desde el pensamiento profundo. Viene, como él dice, desde las tripas.

El 20 de julio de 1969 yo estaba sentado frente al televisor. Era de noche, muy tarde. Tenía siete años.
Alguien pensará, seguramente, que a un niño de esa edad poco podría importarle una transmisión tan anodina y, si se quiere, aburrida. Nada más lejos de la verdad. Yo estaba emocionadísimo. Concentrado, atento a todo cuanto veía. Me hablaban y no escuchaba, me preguntaban algo y no contestaba. El hombre iba a la Luna. Pero esta vez iban a bajar allí.

Cuando se anunció que «el águila ha alunizado» se me hizo un nudo en la garganta. Por Dios que lo recuerdo como si fuera hoy. Me quedó marcado a fuego. Lo que estaba por ocurrir era simplemente maravilloso. Yo estaba alucinado, yo estaba transportado, yo estaba… estaba ahí! No sólo estaba ahí… era yo!

Enfundado en ese traje espacial blanco, inmaculado, precioso, imponente.

Bajé despacio la escalerilla, y por fin posé mi pie izquierdo en el suelo lunar. Una emoción indescriptible me corrió por la espalda. Suspiré frente al micrófono y, conteniendo las lágrimas, le anuncié al mundo, alborozado, «este es un pequeño paso para un hombre, y un salto gigantesco para la humanidad».

Dieciocho minutos más tarde, mi compañero Buzz bajó también. Se puso a mi lado, miró en derredor y al verme sólo a mí exclamó «magnífica desolación».

Nos reímos juntos, plantamos con orgullo y cierta solemnidad una bandera de colores extraños para mí, ya que no era la de mi país, pero no importaba.

Caminamos juntos en esa gravedad extraordinaria, por esos parajes maravillosos y bebimos, hasta emborracharnos, de las imaginarias aguas del Mar de la Tranquilidad.

Quiere alguien explicarle ahora, a ese niño de siete años, que todo fue una farsa? Alguien tiene cara como para describirle lo de las estrellas, banderas y sombras?

Decididamente, no me lo puedo creer. Como dice Eduardo, es irracional. Secillamente no lo puedo creer. Mis tripas me lo impiden. Neil y Buzz estuvieron en la Luna. Lo sé, porque yo estuve allí con ellos.

A esos héroes que arriesgaron su vida para que las fantasías de Verne y H. G. Wells se volvieran una realidad, mis saludos y mis respetos desde el fondo de mi corazón. Y un enorme e interminable gracias.

Saludos a todos los foristas y gracias por permitirme postear acá.

[tags]Luna, aterrizaje, apollo, 1969[/tags]

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Alex

Ciudadano del mundo. Me encanta llevarme mi cámara fotográfica para inmortalizar esencias y experiencias en lugares diferentes, donde la gente vive diferente, pero donde todos disfrutamos cada día de puestas de un mismo Sol.

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01 Comment

  1. Rvicti

    Como ya dijeron antes que yo:

    El corazón tiene razones que la razón no entiende

    31 de enero de 2007